Los Amigos de lo Ajeno



Transcripción de la mayoría de los poemas contenidos en la legendaria revista de poesía latinoamericana Los Amigos de lo Ajeno.











Los Amigos de lo Ajeno
Autores Varios, Editor Luis Chaves
1998-2006, 9 números


Conversando la otra noche con Luis Chaves, poeta y editor de la legendaria revista de poesía latinoamericana Los Amigos de lo Ajeno, me comentaba lo imposible e insensato que era tratar de perpetuar indefinidamente cualquier proyecto y que la desaparición del sitio web de la revista talvez le hacia el favor a la misma de trasladarla al ambito de la memoria, y porque no, de la leyenda.

A pesar de esto, considero que el material que publicaba la revista, que Luis recopiló en una empresa no muy distinta a la de Garcia Monge, pero en un espiritu más popular e irreverente, como correspondía al nuevo siglo y al material contenido, no puede simplemente desaparecer de la red, que en modo local es esta pantalla en la que ahora se leen estas letras. Buscando un poco apareció lo que queda de la revista en los oscuros archivos al borde del olvido de internet y que, con un poco de script-fu se pudo reducir a la concentración pura de los versos desnudos. Aqui los reproducimos sin permiso (aún) de Chaves, a modo de apología del delito.

Los vestigios archivados del sitio original están aqui:

http://web.archive.org/web/*/http://amigosdeloajeno.org

El blog de Luis Chaves esta aca:

http://tetrabrik.blogspot.com/

A continuación los poemas:

Haciendo nada


"...escriben doblados sobre palabras y

saben que las palabras se inventaron

porque nada era nada."

Jack Kerouac




He pasado toda la tarde

escuchando talking heads

leyendo a kerouac on the road



dentro de esta habitación

las luces de las calles

abren lesiones

en la intensidad del encierro



es un primero de año lluvioso

en el que las cosas

no consiguen

su forma precisa



los ojos se tensan



y en la inquietud de las sombras

crecen como pequeños genitales

eléctricos



afuera

hay una fiesta

en algún sitio



una sinfonía hecha a dentelladas



que parece demostrar

que la ciudad

no ama ni odia

sólo permanece



cuando me acerco a la ventana



como un cuerpo resignado

tras descubrir

en el mismo inefable

que produce el movimiento



el origen de su detención



en esta fijeza pronunciada

que me invade después

de haber pasado la noche

escuchando talking heads

y leyendo kerouac

on the road



mientras un viento solitario

sacude los vidrios

y frasea el eco

de un gorgoteo en la cocina

dentro de esta habitación



una cascada de visiones

se transforma

en un extenso animal

de "prosas cortadas":



cuerpos negros

en una superficie

blanca



eso es todo

no hay plegarias



,Fabián San Miguel - Argentina - 1964 - Del libro Perros de la belleza (Ed. Ultimo Reino, 1996).







Los Alpes no existen




Diego Armando Mundialista en Casa Tía Valentina

no existe

El Repúblico Jardín de la Chango Producciones

no existe.

La Correa Difunta Su Segura Servidora

no existe.

El viaje de egresados de Disney a su Bambi

no existe.



Los dromedarios, los esquimales,

la Mona Lisa, la Cosa Nostra,

los Alpes, los armenios,

los intestinos no existen



Melchor, Gaspar, Caperucita, Rasputín

la Vascongada, la Patagonia, el ADN, la economía,

el pecado, el Diluvio, el clítoris, el tiempo,

los cielos, los planetas, los dioses, las estrellas

°no existen, no existen, no existen, no existen!



Fernando Molle - Argentina - 1968 - De la antología Poesía en la fisura (Ediciones del Dock, 1995).














El lugar al que quiero ir no existe.

Las palabras que quiero pronunciar

son insondables.

Y aquí, en este sitio,

la luz desangra opacidades,

mi nombre se mece como un ahorcado,

con la lengua apuntando en todas direcciones.



Gerardo Cerdas Vega - Costa Rica - 1974 - Del libro La imagen calcinada (Editorial Alambique, 1997).












Instantánea (de mi padre)




No bebía

tenía el renunciamiento de un pez en el Sahara

de una vaca castrada por los banderilleros de la feria.

Comunista, pudo haber sido masón o cuáquero.

Igual le habrían cortado los nudillos,

igual habría partido su tazón con nadie.

En deplorables noches montaba a mi madre

como quien coge un tren equivocadamente.

Ah la pradera donde fue comido por los buitres

(sus hijos).

Ah este sol implacable sobre mis ojos.



Damaris Calderón - Cuba - 1967 - De la antología El pasado del cielo (Alejandría Editores, 1994).













Propuesta para escena de vídeoclip




Esta es la Interamericana Sur

a ochenta y cinco kilómetros por hora.

Sacás tu mano por la ventana

y hacés un pulso con el viento.



No hablamos. No hace falta.

Cada tanto se nos escapa una palabra

que luego flota en la cabina

hasta que el ambiente árido

la obliga a caer derrotada en el cenicero.



Quizás este sea nuestro último viaje juntos,

con el pasar de los meses

aprendimos a desconocernos.

Alguna vez creí que eras

la muda de Vicente,

la ciega de Huidobro,

ahora me aburre la poesía.



Delante la tarde se despide

con un calmoso descenso de su manto violeta,

atrás la noche se asoma

igual que un mendigo en el parabrisas.



Cada segundo nos alejamos más de personas

que creyeron saber quiénes éramos;

como si fuera así de sencillo,

como si mojarse los pies en el mar

bastara para comprender las profundidades.



La oscuridad se hace lugar entre nosotros,

tan densa y pesada,

que sentimos viajar cada uno solo.

Con tu izquierda buscás una canción en la radio,

yo sólo miro la autopista

creada metro a metro por los focos.



Encendés fósforos,

los lanzás a la carretera,

y con cada uno tu rostro se aparece

fugazmente a mi lado.

En el retrovisor puedo ver

una débil línea de vos,

apagándose, conforme avanzamos.



Luis Chaves - Costa Rica - 1969 - Inédito.











Historia natural




Las culebras ciegas son noctívagas.

El orangután es profundamente solitario.

Los monos prefieren también el aislamiento.

Algunos árboles sólo fructifican de 25 en 25 años.

Las cig¸eñas copulan en vuelo.

El mundo no es lo que pensamos.



Carlos Drummond de Andrade - Brasil - 1902-1987 - De la antología Itabira (Visor, 1990).







Letanía




Nosotros no nos realizamos nunca.

Somos un abismo que va hacia otro abismo -un pozo que mira al Cielo.



Fernando Pessoa - Portugal - 1888-1935 - Del Libro del desasosiego (Edición de Seix Barral, 1984)







Sin llaves y a oscuras




Era uno de esos días en que todo sale bien.

Había limpiado la casa y escrito

dos o tres poemas que me gustaban.

No pedía más.



Entonces salí al pasillo para tirar la basura

y detrás mío, por una correntada,

la puerta se cerró.

Quedé sin llaves y a oscuras

sintiendo las voces de mis vecinos

a través de sus puertas.

Es transitorio, me dije;

pero así también podría ser la muerte:

un pasillo oscuro,

una puerta cerrada con la llave adentro

la basura en la mano.



Fabián Casas - Argentina - 1965 - Publicó Otoño, poemas de desintoxicación y tristeza (1985), Tuca (Libros de Tierra Firme, 1990) y El salmón (Libros de Tierra Firme, 1996), al cual pertenece este poema.







Padre en viaje




Se sube al exacto gris del camino.

Toma una curva a velocidad.

y cae.

Huesos de leche sucia,

sus charcos blancos al costado de la ruta.



Mi padre dijo que volvería

en otoño celeste,

y en las bolsas de importación

de espejos.

Ha vuelto con sus manos

atrás y adelante

cubriéndole el rostro de caléndula

que deja olorosos mensajes en las máquinas.

Ha vuelto del viaje

más lento que el aullido

dedicándose como un ciego a la esperanza.



Padre: veo en el espacio alcohólico de tu entrecejo

la mentira que arruga.

veo que se curva en auspiciosos cielos eléctricos

y voltea el gesto candombero.

Ojalá te salve del entuerto

la frase del azar envuelta.



Hay un cíclope en el ojo de la niña

que monta las pendientes

de lunas crueles

de angustias mordientes.

Dice simplemente que no es de este mundo,

de este mundo de poemas estridentes.

Vuelve por partes (en angostos pedacitos la garganta)



Sigue el padre en el espejo velado

Sigue la madre con el intestino agrio.



Y caen:



las madres en su silencio de madres

el ondulante sueño que precede al mundo

los huesitos de esos cuerpos al borde de la ruta

la cartilaginosa mancha de la ausencia

cuando imagino que me olvido.



Silvina Vázquez - Argentina - 1975 - Inédito.







Soy




Soy la gran Virginia Gr¸tter, øla recuerdas?

la que escupe tabaco en las esquinas

y está ronca de pegar gritos

y camina como una estela pintarrajeada y tambaleante



Soy Marguerite Dur‡s con su joven amante

y su vida refinada y alcohólica



Soy Simone de Beauvoir con todo y su Jean Paul Sartre

y su intelecto y su feminismo y su academia



Soy la imbécil "femme" que desde este pueblo polvoriento

habla del erotismo francés

frente a un auditorio de subnormales



Soy la puta más puta que arrastran de los pelos

asquerosa y desnuda



Soy la pobre infeliz

que no tiene un centímetro de cerebro

hipocondríaca

que camina como idiota esperando que el padre de sus hijos

o el cura

le dé una limosna



Soy yo

la del cuerpo grabado en la piedra

la que consume sus ojos en la arena

la que ya no puede hablar de amor tan fácilmente.



María Montero - Francia/Costa Rica - 1970 - De la antología Martes de Poesía en el Cuartel de la Boca del Monte (Ed. Lunes, 1998). Publicó también El juego conquistado (Ed. Costa Rica, 1985).







Las chicas que escribimos




A las chicas que escribimos

alguna vez nos llamaron al festín, al convite

a nosotras que escribimos todos los deseos con cada pulso



y allí nos fuimos

y allí nos perdimos apenas un piecito cruzó el espejo



°todas las palabras se abrieron capullos dentro nuestro!



las chicas que escribimos vivimos entretejidas

en sueños estridentes como todo secreto

Yo en el verdor, ella con los cactus bebé

niñas atragantadas llevamos dentro

llevamos pequeñas Alicias pornostar danzando

en tacos aguja de cristal ceniciento



°ah el deseo que nos ahoga!

°ah, si la sed no nos resecara más que los labios-frutilla!



las palabras de las chicas que escribieron antes de nosotras

-so close, so faraway-

viven en donde habitamos

enredadas quedaron en sus disfraces antiguos



y todas creamos el mundo

desde nuestros versitos

porque no hay otra manera de crearlo



porque todo lo demás huele a big bang trash



A las chicas que escribimos nos duele

todo el tiempo la decepción

y morimos siempre que sobreviene el mediodía



princesas húmedas en love-trip

nosotras las chicas que escribimos

aullamos

mientras nuestra piel miente la seda

luego nos queda el consuelo de descoser las palabras

amorosas hilarlas en nuestras ruecas

con el paso de las horas oscuras



luego salir a lo verde



somos ninfas de un bosque

del cual ustedes sólo pueden entrever el follaje



a nosotras que corremos por la fascinación de las calles

de una ciudad donde nacen mundos

como abismos que unos a otros se miraran



a nosotras que nunca sabremos qué hacer

con tanto deseo de todo



a nosotras todo



que vamos etéreas como telarañas desde donde espiar

y esperaremos penélopes

que las palabras que escribimos nos vuelvan



a abrazarnos en los umbrales desnudos

donde las chicas que escribimos

estamos tejiendo para siempre.



Ana Wajszczuk - Argentina - 1975 - De Trópico Trip (Ediciones del Diego, 1999).










El sueño de Beowulf




Es totalmente vana la ambición del cazador que cansado de

leones y bestias de segunda, busca hacer de su cuarto un

bestiario medieval. Recoge libros de una selva hundida entre

las sombras, coloca en las paredes la cabeza apagada de un

dragón de Dinamarca y las alas viejas de un ángel nocturno.

Le busca al alebrije sus múltiples caras. Y en una pared

desnuda que espera su último trofeo

coloca el espejo.



Mauricio Molina - Costa Rica - 1967 - Con su poemario El abominable libro de las nieves (al cual pertenece este texto) gana en 1998 el II Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz.







Balada para desayunar




a cristina





quién fue marlon brando en el último tango en parís

tan cínico

tan aturdido por los trenes



quién fuera él para escuchar:

es obvio que sólo un hijo de puta

un bendito trozo de mierda que simula pensar y hablar

se puede enamorar de mí

pero te amo cabrón

no te mereces más




quién montado en maría schneider

metido en esa fruta despeinada

de escandaloso olor a mantequilla



el resto

ya no importa.



José Eugenio Sánchez - México - 1965 - Del libro Physical Graffiti (Visor, 1998).







Viernes 5 de abril, 1:45




La muchacha del cuadro

mira a la visitante

del museo. Son jóvenes

las dos de frente, y bellas

mirándose a los ojos

a través de los siglos

que urdieron el encuentro.

La muchacha de afuera

sonríe al contemplarla

como a una antigua amiga,

a un tiempo eterna y breve;

da unos pasos atrás,

murmura algo en latín

y busca en el bolsillo

el bulto que advirtió

inquieto un policía

al verla entrar. De prisa,

el guardia la intercepta,

discuten, la registra

y rueda sobre el suelo

brillante una manzana.

La muchacha del cuadro

mira cómo se aleja

la muchacha que afuera

empuña oculta, firme,

una cuarenta y cinco.



Jorge Valdés Díaz-Vélez - México - 1955 - De su libro La puerta giratoria (Joaquín Mortiz, 1998), Premio de Poesía Aguascalientes 1998. Ha publicado también, entre otros libros, Cuerpo cierto (Ed. El Tucán de Virginia, 1995) y Voz Templada (La Habana, 1985).







Texto fascista




Siglo IX d.C.

Uno de los ministros de la Dinastía Tang,

Po Chu Yi, conocido también como Bai Juyi,

escribió poemas inmunes al paso del tiempo.

El que su sirvienta

no comprendiera los borradores,

representaba motivo suficiente para tirarlos.



Siglo XX d.C.

Asisto por compromiso

a una lectura de escritores

exageradamente inadvertidos

fuera del círculo familiar.

No entiendo la mitad de lo que dicen.



Faltan tantos sirvientes en el mundo.



Luis Chaves - Costa Rica - 1969 - Inédito. Publicó El anónimo (Ed. Guayacán, 1996) y Los animales que imaginamos (CONACULTA México, 1998).











El cemento




Me perdí en Buenos Aires, ebria, me hallaron en un Bunker,

bailando en medio de travestis, un hombre pensó que yo era

un muchacho, salimos a la calle a tomar unas cervezas, me

habló de su amado por horas, me dijo que lo golpeaba, que

cuando quiso matarlo él besó su trasero, luego habló de unas

luces que ve al cruzar la calle San Telmo, un viejo barco que

lo llevó una noche a un extraño lugar.

Deslizó su mano hasta tocar la mía

nos parecíamos a una breve imagen del abandono.



Malu Urriola - Chile - 1967 - Este poema pertenece al libro Dame tu sucio amor (Ed, Surada, 1995). Publicó además Piedras rodantes (Ed. Cuarto Propio, 1988).







Un hombre pasa con un pan al hombro...




Un hombre pasa con un pan al hombro

øVoy a escribir, después, sobre mi doble?



Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de la axila, mátalo

øCon qué valor hablar del psicoanálisis?



Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano

øHablar luego de Sócrates al médico?



Un cojo pasa dando el brazo a un niño

øVoy, después, a leer a André Bretón?



Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre

øCabrá aludir jamás al Yo profundo?



Otro busca en el fango huesos, cáscaras

øCómo escribir, después, del infinito?



Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza

øInnovar, luego, el tropo, la metáfora?



Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente

øHablar, después, de cuarta dimensión?



Un banquero falsea su balance

øCon qué cara llorar en el teatro?



Un paria duerme con el pie a la espalda

øHablar, después, a nadie de Picasso?



Alguien va en un entierro sollozando

øCómo luego ingresar a la Academia?



Alguien limpia un fusil en su cocina

øCon qué valor hablar del más allá?



Alguien pasa contando con sus dedos

øCómo hablar del no-yó sin dar un grito?



César Vallejo - Perú - 1892-1938 - De Poemas humanos.










Ah, poetas de mi tierra




Ah, poetas de mi tierra,

poetitas de mierda

con quienes aprendí a conocer

una nueva enfermedad:

la trinofobia.

Poetas de poetas,

esqueletos de oficina.

telefónicos versos,

dominicales y amarillos,

sálvensesipueden,

novios de la muerte,

vividores de la luna,

no se sorprendan

cuando guiando mi bicicleta

les caiga encima,

transeúntes de vías lácteas,

y lean en el periódico amarillo

al otro día:

´Poeta Zutano,

recuperándose.

Le cayó encima

un ángel de cien metrosª.



Raúl Arias - Ecuador - 1943 - Poeta de la generación tzantzica ("tzatza", palabra de origen Shuar -etnia del oriente ecuatoriano- fue el distintivo de un movimiento que alegaba la reducción de las cabezas de los enemigos). Ha publicado Poesía en bicicleta (1975), Lechuzario (1983), Trinofobias (1988) y Cinema Vida (1995), entre otros







Antes de la caza




a mi padre



Quiero encontrar el lugar

dónde ubicarme.

Entro en la vecindad

de voces que me dicen:

ve a buscarte lejos,

en los andenes de las penas.

Ve a ponerte en fila con los astros;

deja el poema un rato,

y reconoce los olmos.

Piensa que ya estorbas y no sirves,

que de grande uno se trastoca

y se consume.



Mamá ya no prepara bien las cenas,

no hay comida hasta después del día.



Ve a buscar el círculo vicioso

que pueda hacerte hombre

en el insomnio de los días.



Vete y no vuelvas

hasta después de la caza.



Xavier Oquendo - Ecuador - 1973 - Ha publicado cinco poemarios, entre ellos El anverso de las esquinas (Subsecretaría de Cultura de Ecuador, SINAB, 1997) y Después de la caza (Manglar Editores, 1998), al cual pertenece este texto.







X (léase equis)




Yo estaba acariciando tu cuello

bronceado,

vos,

atendiendo la

autopista.

Como escribimos mal las direcciones

apuntamos al oeste,

en la tarde,

para que el sol nos chocara en los párpados

y las pestañas nos sirvieran de algo.



Paula Piedra - Costa Rica - 1976 - Poema inédito.







Niños de Wishbone




Cuando me sacaron y me levantaron en el aire

salió mi gemela muerta

asida a mi tobillo.

Tuvieron que desprender sus diminutos dedos

para que me soltara,

sus dedos que tenazmente trataron de retenerme

dentro.

Todavía siento

aquella mano codiciosa

jalando mi pie

por donde camino.



Jennifer Clement - EE.UU./México - 1960 - Poeta y narradora. Emigró a México en 1961. Publicó en poesía El próximo extraño (El Tucán de Virginia, 1993) y El marinero de Newton (El Tucán de Virginia, 1997).







Florencia




Galleria degli Ufizzi

Piazza della Signoria,

il Palazzo Vecchio del siglo XIV,

Santa Maria Novella, la Santa Croce,

il Campanile di Giotto,

il Duomo.




Parodiando a Whitman 1,

diré que pasé por tal extraordinaria ciudad

e imprimí en mi cerebro,

para uso futuro,

todas sus magníficas bellezas nominadas

en mandolinas palabras italianas.



Pero ahora, casi he olvidado todo

-para evocarlo he debido recurrir al catálogo turístico

que por diez mil liras compré-

y el recuerdo más intenso es una rata,

una ratota gigantesca y peluda que nadaba contra

corriente

el Río Arno,

atravesando la ciudad bajo el Ponte Vecchio,

mientras todo el pueblo, volcado en las balaustradas,

la miraba fascinado







1 Walt Whitman en "Una vez pasé por una ciudad populosa".



Mauricio Ordóñez - Costa Rica - 1961 - Texto inédito, transcrito íntegramente de la revista Kasandra (n∞ 12, 1997).







Ringside




Fue la mejor pelea de Alí

o de Cassius Clay, como él lo llamaba,

negándose a aceptar

su recién adquirido nombre musulmán.



Ese negro levantaba los guantes

y convertía el cuadrilátero

en una pista de baile.

Años después comprendí

que ese fue mi encuentro inicial con la poesía.



Entre el quinto y sexto round

papá bajó su guardia por primera y última vez,

sin dejar de ver la tv dijo:

no me iba a casar con su máma

aunque usted ya había nacido,

estaba enamorado de otra.



En el álbum familiar

tengo un viejo fotoposter de Alí

justo cuando noqueaba a Foreman en Zaire.

Es mi foto preferida de mamá.



Luis Chaves - Costa Rica - 1969 - Texto inédito. El autor ha publicado en poesía El anónimo (Ed. Guayacán, 1996) y Los animales que imaginamos (CONACULTA, México, 1998).












A pesar de mi risa

pueden asegurarlo

les traigo las palabras

A pesar de mis odios

cargo con los relojes

y señalo el día

y la noche

que se suceden



Por eso me proclamo

a pesar del asombro

coloco el estandarte

a pesar de lo inútil

y me subo a la mesa

a aplaudir

como ustedes



Camila Schumacher - Argentina - 1977 - Emigró a Costa Rica antes de terminar la escuela primaria. En 1997 publica su primer poemario Pretérito Interior (Ed. Guayacán).







Los amados por los dioses mueren jóvenes




Los amados por los dioses mueren jóvenes,

y los odiados viven hasta el matrimonio.

Estos se hacen viejos por la inercia

de un deseo insatisfecho, se añublan

y encanecen.

Aquellos reinan siete días y siete

noches

de entero placer, a cambio de que

uncidos

al carro de Zeus, los paseen por la

Vía Láctea.



Walter Cassara - Argentina - 1971 - Este poema pertenece al libro Juegos Apolíneos (Ed. Siesta, 1998). El autor tiene además cuatro libros inéditos.







La petite fille litteraire




Apareció el sol

y el miedo de cegarme también



presencia descarnada

la que mira no soy yo

sino la que de noche tajea el cielo

y al amanecer anda perdida

emparchando fisuras



la que se quiebra

de tanto deseo de lo que no existe.



Ana Wajszczuk - Argentina - 1975 - Este poema pertenece a su libro Trópico Trip (Ediciones del Diego, 1999).












Macumba



Mientras duermes

tu belleza sale a dar una vuelta



y ya no vuelve.







Deslizador



Por las tardes las niñas,

suben a la explanada,

se arrojan desde lo alto del

deslizador y caen sus nalgas

sobre la arena húmeda,

corren hacia la explanada,

se arrojan desde lo alto del

deslizador y caen sus nalgas

sobre la arena húmeda,

corren hacia la explanada

se arrojan desde lo alto.



Washington Cucurto - Argentina/Rep. Dominicana - 1973 - Estos poemas aparecen en La máquina de hacer paraguayitos, que editará próximamente la Ed. Siesta. Otros libros: Cosa de Negros, 20 pungas contra un pasajero y Zelarayán (Ed. del Diego, 1998).
















Después de leer tantas páginas que el tiempo escribe con mi mano,

quedo triste, Tarumba, de no haber dicho más,

quedo triste de ser tan pequeño

y quedo triste y colérico de no estar solo.

Me quejo de estar todo el día en manos de las gentes,

me duele que se me echen encima y me aplasten

y no me dejen siquiera saber dónde tengo los brazos,

o mirar si mis piernas están completas.

"Abandona a tu padre y a tu madre"

y a tu mujer y a tu hijo y a tu hermano

y métete en el costal de tus huesos

y échate a rodar, si quieres ser poeta.

Que no esclavicen ni tu ombligo ni tu sangre,

ni el bien ni el mal,

ni el amor consuetudinario.

Tienes que ser actor de todas las cosas.

Tienes que romperte la cabeza diariamente

sobre la piedra, para que brote el agua.

Después quedarás tirado a un lado

como un saco vacío

(guante de cuero que la mano de la poesía usó),

pero también quedarías tirado por nada.



Yo me quejo, Tarumba, de estar sirviendo a la poesía y al diablo.

Y a veces soy como mi hijo, que se orina en la cama,

y no puede moverse, y llora.



Jaime Sabines - México - 1926-1999 - Escribió entre muchos otros Tarumba (1956) y Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1973). Este poema pertenece a La Sangre Iluminada -Antología de Seis Poetas Latinoamericanos- (Ed. Baula, 1998 selección y prólogo de O. Sauma). In memoriam.







Una mujer negra




llevando un ramo de clavelones

envueltos

en un viejo periódico:

los lleva rectos,

con la cabeza descubierta,

el volumen

de sus muslos

haciéndola balancearse

conforme avanza

mirando

la vitrina de una tienda

que queda en su camino.

Qué es ella

sino una embajadora

de otro mundo

un mundo de lindos clavelones

de dos tonos

que ella anuncia

sin saber lo que hace

más

que caminar por las calles

sosteniendo las flores rectas

como una antorcha

tan temprano en la mañana.



William Carlos Williams - Estados Unidos - 1883-1963 - De la antología Cuadros de Brueghel y otros poemas (New Directions Book, 1962). Versión libre de Luis Chaves.







En memoria al hijo de su alteza




Hoy murió el hijo

del presidente

John F. Kennedy.



La noticia

recorrió el mundo

en el instante preciso

que decidí

ir al baño.



Un miembro de la realeza

estadounidense

ha muerto.

Y mi perra negra

se ha cagado hoy

en medio de mi sala

recién limpiada.



Dos tragedias

en un solo día.

øNo será esto

demasiado

para el mundo

al final

del siglo veinte?



Abelardo Baldizón - Alemania/Nicaragua - 1980 - Nacido en Berlín de nacionalidad nicarag¸ense. Texto publicado en la revista 400 Elefantes. El autor no tiene libros publicados.







1985. DIEZ A—OS DESPUES




El corazón que está en mis manos

dice: lentitud de vida que corre por la sangre,

los restos de esta tarde se irán conmigo,

mi mañana la guardarás entre tus ojos

como dos lágrimas puras de invierno,

las venas se enfriarán como vigas de cemento

opacas de naturaleza.

Y recogerás ese corazón que una vez dijo:

hija, madre, niño, taxi, avión, caballo

rosas negras y blancas en un jardín

que nunca recordarás.

Y como días en tu bolso lleno de alfileres

se guardarán la risa, las manos, tu silencio.

Y aquella barba que afeitabas muy bien los días de

mis cumpleaños.



Marta Leonor González - Nicaragua - 1972 - De su libro Huérfana embravecida (Ed. de bolsillo 400 Elefantes, 1999). Marta es coeditora junto al poeta Juan Sobalvarro de la revista literaria nicarag¸ense 400 Elefantes.







TANTO ABRIL EN OCTUBRE (fragmentos)




3



Después de la mitoxantrona

orinas azul.

Cerca agoniza un muchacho

a quien han serrado la pierna en la cadera:

cercenada pesaba treinta y cinco kilos,

más peso que el resto de su cuerpo ahora.

Un mesmerizador lo hipnotiza

para que no quiera morir

aunque se muere.

Tú orinas azul

contiguo a esa agonía.



5



El café con leche cuesta ochenta pesetas.

El zumo de naranja natural, doscientas.

Un litro y medio de agua

mineral cuesta ciento veinticinco.

El tratamiento -que paga

la Seguridad Social- de seis a ocho millones.



7



De pie detrás de ti

te rodeo la cintura con los brazos

mientras te inclinas para lavarte la cara

(esta mañana te desvaneciste

y volviste luego con un minuto de terror

sobre la lengua).

Te sostengo para que no caigas,

mi carne junto a tu carne.

Mientras estamos así

pienso en todas las veces que estuvimos así

pero mi carne dentro de tu carne

pero tu carne envolviendo mi carne.



Y de repente eres tú quien me estás sosteniendo

para que yo no caiga.



Jorge Riechmann - España - 1962 - Entre otros ha publicado Cuaderno de Berlín (Madrid, Hiperión, 1989) y Baila con un extranjero (Madrid, Hiperión, 1994). Este texto forma parte la antología La prueba del nueve (Cátedra, 1994; selección de A. Ortega).







Luz y oscuridad




Llego, entro, prendo la luz de la cocina

y sorprendo a las hormigas coloradas

puliendo los platos y cargando

todos los restos de comida.

No me molestan, pero mentalmente

las advierto sobre las superpoblación:

hasta ahora el ecosistema se mantiene.

Sin embargo, si consigo trabajo,

comeré más, vendrán amigos y mujeres,

habrá más restos, ustedes crecerán

y tendré que echar insecticida.

Solo esta pobreza puede mantenernos

delicadamente unidos.



Daniel Durand - Argentina - 1964 - Poema inédito. Publicó El Krech en 1998, bajo el sello Ediciones del Diego. Ha publicado poemas en numerosas revistas e integró el consejo de redacción de la mítica 18 Whiskies (Argentina).












I.



Cruzan los pelícanos

el cielo rosado de la noche,

en formación.

El gallo en su poste

se entretiene en contemplarlos

y los cuenta,

como si supiera contar

Son los pelícanos volando al Norte,

dice,

y se corrige,

son los pequeños pelícanos.



Acaban de pasar

y otra vez la noche es infinita.





VIII.



Y debería de haber

un sitio

bajo las glicinas,

por ejemplo,

donde todo fuera fluir

y derramarse.



Patricia Suárez - Argentina - 1969 - Poemas inéditos. Ha publicado en novela, entre otros, La historia de Gallagher (1997) y Aparte del principio de la realidad (UNR Editora, 1998). Su libro Fluido Manchester aparecerá próximamente bajo el sello editorial Siesta (Buenos Aires).







muda




en la

pantalla rechinante

del karaoke

pareciera

descifrarse el

mensaje

de tanto

labio sin

voz



Meritxell Serrano - Costa Rica - 1969 - Texto inédito. En 1997 publicó el poemario Perfiles de tinta (Ed. Mujeres).











Están estas memorias




Están estas memorias

de gata enferma,

las persianas sucias

y manchitas de sangre

en el espejo del baño.

La mujer hincada

frente a una enorme ventana

que da a la calle de abajo,

la tele prendida

y luces intermitentes

que traen y se llevan una sombra.

Está la poetita desnuda

con todos sus defectos cotidianos,

alquilando su muerte

a un posible fantasma

que la aguarda.

Está la orilla de la sombra

en su punto intransigente

y dibujado en la puerta

un péndulo incontenible

de rebelión que no se pudo.

Si no fuera porque te conozco

habría un filo de navaja en el suelo

o una cuerda colgando del horror.



Alejandra Castro - Costa Rica - 1974 - Este poema pertenece al libro Tatuaje giratorio (Ed. Costa Rica, 1999), poemario con el que ganó el Premio Joven Creación 1997 del mismo sello editorial. Publicó también Desafío a la quietud (Ed. El Quijote, 1992) y Loquita (EUCR, 1998).







Año nuevo




En el corazón de Rusia

sobre la nieve pisoteada

Anna Ajmátova no escribe

cuenta

los álamos derribados por la barbarie.

Yo

escribo en términos abstractos

la pérdida de las navidades

la vacuidad del humo.

También en el dolor los extremos se tocan.



María Elena Hernández Caballero - Cuba - 1967 - Este poema pertenece al libro Elogio de la sal (Ed. Cuarto Propio, 1996). Publicó además Donde se dice que el mundo es una esfera que Dios hace bailar sobre un ping¸ino ebrio (Premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, 1987).












el lobo

cruza el puente en la ciudad dormida

lo vigilan faroles

tímidamente bosteza.

las huellas del lobo son rojas

hierven

alguna presa devoró en el camino

y se estira cansado

sabe que va a morir

algún rifle lo cruzará

por eso camina lento

y deja huellas



Martín Rodríguez - Argentina - 1978 - Texto del libro Agua negra (Ed. Siesta, 1998).












No encuentro mi lugar en estas horas.

Oigo tu voz y se despiertan las hondas

campanadas.



Un niño de siete años replegado en sí

mismo,

en el centro de un templo solitario.



Salgo a ver la ciudad. El ruido de los autos,

el concreto, avisos luminosos. Todo

anuncia

lo lejos que me encuentro.



Carlos Bonilla Avendaño - Costa Rica - 1954 - Del libro Alguien grita mi nombre y yo me escondo (Edición de autor, 1996).







Una Varsovia de la mente




I



Como en Coney Island

nunca estuve y nunca estaré



la lejanía



Cuando imagino su nombre sólo veo el pavimento

la dureza del gris donde arrastraron sus pisadas mis abuelos

No sé una palabra del idioma

de zetas y eses



El lenguaje que la lengua no pronuncia

que pronuncia la lejanía

dice : Warsaw





II



El mapa partido, el territorio es lejanía

para siempre se aparta

de dueños eventuales

Para siempre en su pasado que se me cierra

para siempre Warsaw como el marco de la puerta

después del temblor



o es el temblor mismo

y tristísimo





III



El nacimiento se me partió en la lejanía de un territorio

Luego

un despliegue

de sus tácticas & estrategias

para sobrevivir

Luego



vinieron Siberia & las cáscaras de papa para el

hambre

& El Líbano & Irán

& Egipto & Palestina & Londres



último

el mapa partido & este país





IV



De Warsaw en mi rostro no queda rastro alguno

ni el nombre permanece

ni la lejanía siquiera



y sólo veo quedarse un semblante como un muro

un recuerdo que lo jaspea

los ojos aguados

de todo un lado de mi familia.



Ana Wajszczuk - Argentina - 1975 - Texto inédito. Publicó Trópico trip (Ediciones del Diego, 1999).







Brisa marina




°Ay! Que la carne es triste y todo lo he leído.

°Huir! °Muy lejos! °Siento la embriaguez de las aves

errando entre la espuma ignorada y los cielos!

Nada, ni los jardines que lucen en los ojos

sujetará este pecho en el mar sumergido,

°oh, noches!, ni la lumbre desierta de mi lámpara

sobre el papel vacío que custodia su albura,

ni la joven esposa que a su niño amamanta.

°He de partir! Steamer, mecida arboladura,

°leva el ancla con rumbo hacia exótica tierra!



°Un Hastío, apenado por crueles esperanzas,

aún cree en el supremo adiós de los pañuelos!

y quizá si los mástiles, invitando tormentas,

son de aquellos que el viento doblega en los naufragios

sin más mástiles perdidos ni fértiles islotes...

°Mas oye, oh corazón, canción de marineros!



Stéphane Mallarmé - Francia - 1842-1898 - Traducción Ricardo Silva-Santisteban.







Y sobreviene la noche




Cada hombre está solo en el corazón de la tierra

traspasado por un rayo de sol:

y sobreviene la noche.



Salvatore Quasimodo - Italia - 1901-1968 - Del libro del mismo nombre. Traducción de Armando Saccal.




















Muchos aman mucho

y sin embargo

nunca llega el príncipe azul

øtodos llevan

clavado al pecho

un camino inconcluso?



a mí me roen la espalda

me harán un agujero

como a los chanchitos

alcancía



y saldrá el lobo

øse llevará con él lo que soy?

juguemos en el bosque,

lo mataré

yo que no mato ni una mosca



øla bella durmiente da su vida?

ølos chanchitos dan su vida?



con moñito

yo sin moñito por favor



no haga la cola

ni saque número

no masque chicle sin sabor

de øsu vida?



la bella durmiente

se está recuperando

del martillazo

yo todavía no

recibí martillazo



yo te amo

et moa

et mao

et amo

te moa



je ne parle pas

but

yo sé

yo fui bella

durmiente

y tres chanchitos

y uno solo

y en la espalda llevo

caminos inconclusos

y en el pecho

que me roen:

adentro

está el lobo,

el lobo y yo

él tiene colmillos grandes

y yo chiquitos



pero vos yo sé que vos

tenés un martillo

y un beso

como el príncipe azul del cuento øNo?



øconocés el cuento?



El lobo se comió todo

y vino el cazador

y le abrió la panza

y me encontró a mí

a mí ahí

lo mío de adentro

y lo mío de afuera

y él se metió dentro del lobo

y se quedó ahí

yo le decía: et moa

y él me decía: et oma



cosimos al lobo

con el cazador adentro

y yo lloré entera



besé al lobo

como lo hacen los príncipes azules

y se transformó en sapo



etmoa etmoa

ahora soy la princesa azul

y adentro tengo un lobo

una bella un chanchito



Lucía Gagliardini - Argentina - 1976 - Fragmento de la sección "La bella y el chanchito" del libro El camino de los elefantes (NUSUD, 1997).



























Una mañana montevideana




Amanece en el puerto de Montevideo.

El Río de la Plata,

que en su ancho parece mar,

oxida las rocas del muelle.

Las luces de los barcos

anclados allá se reflejan sobre el agua tersa

y se hacen, cada una, dos.

Fascinado como el joven Burroughs

ante un espectáculo semejante,

empecé a temer, como él,

que si no me iba de inmediato

tendría que quedarme allí para siempre.



Martín Prieto - Argentina - 1961 - Dirige el suplemento cultural del periódico El ciudadano (Rosario) y es miembro del consejo de redacción del Diario de Poesía (Argentina). Entre otros, publicó Verde y blanco (Ed. Libros de Tierra Firme, 1988) y La fragancia de una planta de maíz (Ed. Libros de Tierra Firme, 1999). Este texto pertenece al primero.
































































Trzebieszow, 1830




Los dos hermanos miran por las rendijas del vagón

las estrellas heladas en la tierra más helada

Lucjusz y Tadeusz Piotrowski, ocultos en el convoy

muertos de miedo y de frío

cuentan las horas que faltan

en el tramo final de Siberia hacia Trzebieszow

donde nadie los espera

donde aún no saben que llegarán



no saben tampoco que no volverán a llamarse Piotrowski

ni que jamás van a cumplir

la promesa que se han hecho bajo los fardos :

viajar a tierras cálidas, y de paseo

una vez que acabe la guerra

cuando sean los rusos los que viajen en un convoy a Siberia

desde Trzebieszow

y ellos entonces festejarán, habrá vino y cerdo

y encontrarán dos muchachas sonrosadas

para abordar el transatlántico, de lujo

que los lleve hacia tierras tropicales cruzando aquel océano



Lucjusz y Tadeusz imaginan

todo el verdor que me rodea

mientras yo estoy imaginándolos

en el traqueteo del convoy destartalado



aquí en Mal País, Costa Rica

hace calor pero tengo frío



abandono la idea de buscar un abrigo

o de entrar a la casa



sentada en el umbral

descubro un cierto aire de familia

en la súbita ventisca



Ana Wajszczuk - Argentina - 1975 - Texto inédito. Publicó en 1999 Trópico Trip, bajo el sello Ediciones del Diego (refugio@ciudad.com.ar).











Eternoretornógrafo




El joven poeta murmuró cerrando el libro de Apollinaire:

"Este sí es un poeta..."

Y Apollinaire, el soldado polaco Wilhelm Apollinaris de

Kostrowitzky,

enterrado hasta la cintura en el fango de la trinchera cerca de

Lyon,

mirando la noche estrellada del 4 de agosto de 1914,

la tierra seca, florecida de estacas y alambre de púas,

sembrada de minas esa noche de 1914,

mirando las bengalas azules, rojas, verdes en el cielo envenenado

por los gases

apretó el húmedo librito de Rimbaud mientras sobre su cabeza

pasaban silbando los obuses.

Y Rimbaud, haciendo sus maletas en Charleville, echó junto a

su ropa los versos de Villon.

Y Villon, el doce veces condenado, el apócrifo, el inédito, pen-

só ante el patíbulo en las tres cosas que más había amado:

su mujer Christine, su leyenda, la de él, la de Villon,

y el borroso recuerdo de unos versos que hablaban de la noche

del 711 en que Taric se apoderó de Gibraltar.



Y el sombrío poeta árabe que escribió aquellos versos la

noche del 711 apoyándose en la cimitarra

imitaba los versos que su abuelo le leía en la lejana Argel;

y el abuelo de Argel había leído a Imru-ul-Qais, al que Mahoma

consideraba el primer gran poeta árabe; lo había leído una

interminable jornada en el desierto de Sahara más húmedo

ahora que entonces

en la lenta marcha de los camellos y las teas encendidas.

Y es probable que Imru-ul-Qais escribiera en la lengua de Alá

imitaciones de Horacio,

y Horacio admiraba a Virgilio,

y Virgilio aprendió en Homero,

y Homero, el ciego, repetía en hexámetros los extraños poemas

que se susurraban al oído los amantes en las estrechas calles

de Babilonia y Susa,

y en Babilonia y Susa

los poetas imitaban los versos de los hititas de Bog Haz Keui y

de la capital egipcia de Tell El Amarna,

y los poetas del 4000 a.n.e.

imitaban a los poetas del 5000 a.n.e.

hasta que el hombre de Pekín, en la húmeda caverna de Chou-

Tien

viendo arder lentamente sobre las brasas el anca de un venado,

gruñó los versos que le dictaba desde el futuro

un joven poeta que murmuraba cerrando un libro

de Apollinaire.



Luis Rogelio Nogueras - Cuba - 1945-1985 - De su libro Imitación de la vida (1981). Escribió guiones para largometrajes de ficción y algunas de las narraciones policiales más sobresalientes de la literatura cubana. Entre sus libros están Cabeza de zanahoria (1967) y El último caso del inspector (1983).




















conservamos el pelo atado

con una perla del pacífico sur.

nos atamos las manos y los cables del telégrafo

enredan el pelo con la perla del pacífico sur.

decir cables

decir telégrafo

es un engaño del más mejor

del más mejor que hayas visto alguna vez.

decir cables, decir perla del pacífico - incluso

enredar el pelo entre tus manos.



Ximena Espeche - Uruguay - 1974 - Texto inédito. Ximena es una de las editoras de la "Página Literaria ex-quincenal mensual No Quiero Ser Tu Beto" (Argentina).







Entre ropas ajustadas se buscaba el alma




Hoy me fui a la playa,

me tumbé en la arena,

aceité mi cuerpo y

luego vi cómo te veías

vos en pantaloneta.

Ejercicios todos mentales.



Paula Piedra - Costa Rica - 1976 - Texto inédito.







Pasión de las chicharras




Cuando dijeron

A la vieja

hay que internarla ya

el canto de las chicharras

en el inmenso verano

se volvió siniestro.

El calor nos envolvía.

Teníamos peto, casco, guantes,

de malla de acero

el calor nos las proveía.



Las chicharras cantaban

porque era de día,

estaban locas;

de noche,

eran las ranas

las que estaban locas.



(Acusaron a las hormigas,

también,

de andar enloquecidas,

pero contra las hormigas

urdieron el gamexane

y el fluido manchester,

por supuesto).



Las flores se desprendían

de la santa rita

vibraban en el aire

y caían en alguna parte

muchas veces

fuera de nuestra vista.

Los tres pistilos

acobijados en la corola

estaban retorcidos

sobre sí mismos:

-torturándose

por sus pensamientos

secretos-.



Un gato blanco

pero no era sólo blanco

sino gris también

un gato

blanco y gris

cruzó el jardín a las seis

de la mañana.

Buscaba un pájaro que piaba

encima del níspero

y el ovejero

no se movió

para atraparlo.

Está demasiado viejo,

sentenció Isabel,

a veces los persigue

y a veces no,

pobre perro,

es así desde que se puso viejo.



El reporte meteorológico

pronosticaba para hoy

máxima 34 grados.

Desde el azul francia

del cielo impertérrito,

el calor nos miraba

con sus achinados ojos de tirano

el calor pavonea delante nuestro

las plumas de su cola

y chilla

el calor chilla

y usa la voz de la chicharras.



Marcharon rápidamente

a internar

a la vieja

el motor del Renault

rompió

la bacanal de chicharras

apenas un instante,

y después ellas continuaron

cantando

impasibles,

hay una cosa cierta,

y es que a las chicharras

no les importa nada.



Patricia Suárez - Argentina - 1969 - En novela ha publicado Aparte del principio de la realidad (Editorial Municipal de Rosario, 1998) y Rata Paseandera (1998). Próximamente la Editorial Siesta publicará su poemario Fluido Manchester.












Para que rasgue

finísimos ligamentos

de creciente luz

en mis escamas.

Y huya súbitamente,

incrustada

en un hilo de hojalata

cual ojo alargado

en las profundidades

de la roca

prescindo

del frágil caparazón

que me acompaña,

y me hincho fluida

en la desolada grieta

donde escondo

el estridente brillo

manchado de humedad

al andar

sobre las aguas.

Me reconozco

latente,

cálida estancia

cuajada

de sombras despojadas.



°Cuánta brisa estremecida,

recorre el purpúreo

cristal de mi pantano!



Laura Fuentes - Costa Rica - 1978 - Texto inédito.







Mamaria




Mamá amasa la masa

en la mesa masiva, mesiánica y mística

donde mes a mes, día a día,

minuto a minuto, acuden las masas

a masturbar su conjuro abismal:

más... más...

amásame más, mamá, que no alcanza

para la misa del martes,

las misiones en Malasia

y el nuevo crío que amamantas.

Y amasa mamá muscular,

maternal, amorosa: mamaria.

Luego corre a la cocina a terminar el desayuno,

sin querer pincha un huevo frito

y las masas murmuran consternadas.



En tanto María pequeña en la cama

al margen de la situación,

juega malabar con su osito:

más... más...

amásame más, osito, que no me alcanza

para otro orgasmo masivo como el de antes.



Así lo recuerdo.



María creció, siempre al margen,

enamorada de su osito marginal,

de su beso sadomasoquista

y -mártir my ass-

nunca aprendió a hacer masa.



Ahora el pan se fabrica en máquinas inmensas

K-20 con banda transportadora, PLC,

control automático de las partes por minuto,

agua, sal, azúcar y propionato de calcio,

calidad ISO 9000, normas DIN y ASTM.



El pan se expende a millones,

milagro de mercadotecnia,

desde los minimarkets hasta los megamarkets

y las masas acuden masivas a buscarlo

por interminables pasillos multicolores.



Ayer

amanecimos muertos de hambre

porque queríamos olvidarnos de volver al supermercado.

Pero vino pronto una ambulancia mercenaria

para llevarnos a resucitar con sueros macromoleculares,

nos amarraron a un pulmón artificial

y nos abrieron los ojos con fórceps.

Luego vino un doctor

a decirnos que ya está bueno de tanta droga,

que contemos las calorías y las vitaminas

y nos mandó para la casa

a dormir al arrullo de los tranquilizantes.

A soñar en posición fetal nuestro conjuro milenario

como el mantra de las ballenas:



Más... más... amásame más,

amamántame más, mamá,

que ya no me alcanza...



Y mamá murmura

maloliente y malhumorada en su mustio mausoleo:

Váyanse a la mierda, malditos...

mamíferos miserables.















Automática I

Telescopía




A las dos treinta y cinco, hora de Greenwich, retorno a mis cabales y me entero de que hace un minuto he escrito una estupidez del tamaño de Siberia. Ruedo fuera de la cama y corro en pelotas hasta el estudio, donde otra conciencia automática pregunta quedamente si me estará mirando la esposa del vecino a través de su ventana, la calle y mi ventana, mientras la computadora anuncia "pirurrín: ya halaste la cadena del senricif y un remolino de treinta mil bits por segundo ha convertido a tu personaje en efluvio ciberespacial. No hay marcha atrás, pero si te consuela, todavía recuerdo la dirección de una chica que se desviste tras los números de tu tarjeta.

La luz de la lámpara no me deja ver bien el cielo, pero siento que me alumbran varias estrellas. dos, tres, cuatro fotones. øSeré yo también el polvo estelar indeseado de algún poeta gigante, que me mira resignado escorar desnudo entre Júpiter y el Sol? "Vista de cabrón" comento sin querer, casi río. Al tiempo la noche se aburre de mis cabeceos, ya vuelvo a mi estado natural y trato de seguir con el sueño en que estaba.



Mauricio Ventanas - Costa Rica - 1967 - Tiene un libro de cuentos publicado: Las muertes normales (Ed. del Circulo de Poetas Costarricenses, 1997).












Esta noche escribimos para restablecer

la comunicación con otros

que tratan de establecer

la comunicación con otros

que tratan

hemos tratado todo

hemos tenido temor de que suceda algo

hemos aplazado todas las partidas

y henos aquí a todos en el puente

aterrorizados por las algas que ya no vemos

moverse siquiera

de tan profundo



todo esto tiene con seguridad sentido

pero hay que decir que nos hace falta

paso firme

que no nos falta nada



HélËne Monette - Quebec/Canadá - 1960 - Entre otros ha publicado las novelas Le goudron et les plumes (1993) y Unless (1995). En poesía publicó Lettres insolites y Le diable est aux vaches bajo el sello Ecrits de Forges. Este texto pertenece al poemario øArde Montreal? (Ediciones del Ermitaño/Ecrits de Forges, 1998; trad. Lorenza Fernández del Valle).







Visita




Hoy vino mi madre a visitarme

y caminamos las dos por estas calles.

Hablamos de mi hermano,

de los hijos, de las chicas del Sur,

de mi cuñado. Otra vez yo critiqué

al gobierno y ella dijo otra vez

"°Es un país tan grande!". No quiere

que me queje: "°Este país generoso

recibió a tu padre!" y rodamos las dos

hacia una zona de tristeza, en silencio,

hasta que se detiene y dice: "Ayer

hice dulce de duraznos" y yo digo

que hablaron de mi libro

en el diario.



María Teresa Andruetto - Argentina - 1954 - Publicó entre otros: la novela Stefano (Ed. Sudamericana, 1997) y el libro de cuentos El anillo encantado (Ed. Sudamericana, 1992). En poesía: Palabras al rescoldo (Ed. Argos, 1993) y Pavese y otros poemas (Ed. Argos, 1997).







Entre una muerte y otra




nadie ha tomado mis cosas

-me refiero a cosas como palabras

a palabras como seres

de arena y hambre-



han quedado ahí



no esperan a nadie



son mejores que yo.









------







yo estaba

en una pensión en Tablada al

40

yo dormía

yo me levanté a las 4 de la mañana

y encendí la radio

yo escuché: comunicado número tanto

y una música maravillosa

me quedé quieto

atento al orden de los comunicados

a esa voz de la patria

a las 6 se fueron levantando los

compañeros

yo me asomé al balcón

un colimba me miró desde la

esquina

se veían tanques en el puente

yo miré para el otro lado

al Mercado, a los camiones

yo no tuve miedo

yo no hice nada

ni entonces, ni después



--



yo tenía un suegro militar

yo tenía 21 años

yo tenía un bolso y un cepillo



yo tenía todo el fracaso que llegó

yo tenía que ir hacia la nada



y allí fui



Alejandro Schmidt - Argentina - 1955 - Entre otros ha publicado los poemarios En un puño oscuro (Ed. Radamanto, 1998) y Como una palabra que pudiste decir (Ed. Radamanto, 1998). Estos textos pertenecen a Silencio al fondo (Ed. Salido / Ed. Radamanto, 2000) y a la plaquette 24 de marzo 1976 (Ed. Radamanto, 1999)







Palabras agitadas




Tu piel transpira

y en tu boca se detiene un soplo frío

El tubo resbala

de tu mano y en un instante

de tu cabellera brota un espiral de viento ascendente

Bajo el tierno pliegue de tu vejiga

tus dedos presionan un nuevo ardor



El tubo pega contra el suelo sordo

y en instante

la espiral desciende en silencio sobre la frente fría

dirige la mirada

Un dedo avanza a tientas sobre la oreja

Otro apacigua los labios



letra por letra

la boca pronuncia

la clave del perdón



Marcela Goglio - Argentina - 1967 - Vive alternadamente en Costa Rica y EEUU. Poema inédito.







Itinerario




Iba hacia España

y llegué a Cuba.



Iba hacia Jorge

y llegué a Juan.



Iba hacia las letras

y llegué al embarazo.



Iba a dormir

pero aquí estoy.



Reconozco que entre mis virtudes

nunca destacó la puntería.



María Montero - Francia/Costa Rica - 1970 - La autora nació en Burdeos pero es de nacionalidad costarricense. Su trabajo ha sido incluido en la antología Martes de Poesía en el Cuartel de la Boca del Monte (Ed. Lunes, 1998). Publicó también El juego conquistado (Ed. Costa Rica, 1985) y La mano suicida (Ed. Perro Azul/ICI, 2000).











Las hijas de la luna




a las lunátikas, compañeras de un mismo viaje



Las hijas de la Luna

viajamos de piel en piel

de pez en pez

de magia

en consumado hechizo



En las alcobas de la luna

sueñan las chavas punks

duermen las vírgenes

y navegan las sirenas

acompañando los navíos

de las noches ebrias





Desde las azoteas

las concubinas huelen los versos de sus amantes

convertidas en musas terrenales durante el ángelus



Las hijas de la luna somos mujeres cálidas

terrestres

leopardas

vagando por Wirikuta



Luna llena

que bañas de plata los jaguares

Ojo de mar de mar de luna

de rayos de solsticio y sal



°Celebración de la lengua!

en la piel del astro

la fiesta india

es el papel amate de mi cielo



Leticia Luna - México - 1965 - Texto perteneciente al libro Hora lunar (Ed. La Cuadrilla de la Langosta, 1999). La autora forma parte del consejo editorial de la revista Lunátika y es profesora del Instituto Nacional de Bellas Artes.







Casa de familia




Soy el niño de llave.

Soy el único que en la casa entra

y sale.



Me hundo en el agua de pozo

floto nuevamente /una y otra vez/

Con las raíces en el pecho

que brotan como emociones

en la casa.



La casa tiene dos jardines

Uno con rosas, uno con celestes.



Servimos el té a través del solarium

Mamá esputa bizcochos

hasta el atragantamiento

Hermana dulcifica sombreros

Papá revienta el parqué desde lejos.



øVamos a un baile, mamá?

øVamos a las duchas con lienzos azules?



Dónde las mayólicas se comen a los niños

Dónde permanecemos rojos en tajos como malvones

Dónde los buzones no se compran y

se apilan entre trastos grises los conejitos.



Iremos a ser clavel en noviembre

/o humedad del subsuelo/

si la tormenta nos deja.



øy qué comeremos hoy sino

este riquísimo puchero de amor?



Vamos a inundarnos con fruición

Vamos a ser dueños del jardín

Vamos a ser viento en el pasillo.



/la casa es la ostra que indigesta/.



Silvina Vázquez - Argentina - 1975 - Poema inédito.












superman anda de capa caída,

duerme en

la terraza de casa, yo

subo a taparlo, le leo

algo y se queda frito

parece un bebé

en la noche lactal

se vuelve de un peso pluma

labios manos párpados peso pluma

yo no sé cómo el viento no se

lo lleva, como a una hoja...

dónde pasaste los años de plomo?

él me dice:

sshh... que ése es un secreto

de la Orga, que le cambiaron papeles, etc.

le subo la vianda pero no se

sabe ni pelar una naranja

le clava la tramontina y

le queda la barba chorreada

°éste superman! usa la capa para secarse

me mira y ríe. se ríe mucho conmigo:

me muestra un diente de plata, así. después se

baña en el tanque de agua. cuando le llevo

el diario, a veces reconoce algún viejo amigo y dice °éste

hijo de puta ni tirar sabía y mirá

dónde llegó, dios mío!

no les quiere ir a pedir trabajo:

está solo y viejo y enfermo y se

me está muriendo en el techo: es urgente!



Martín Rodríguez - Argentina - 1978 - Texto inédito. Publicó Aguas negras (Editorial Siesta, 1999).







Me gusta que las palomas bajen a tu patio




Me gusta que las palomas lleguen a tu casa

que mansas transiten por tu patio

picando un poco y andando

mezcladas como gente:

te ven y se apartan.

Ellas en cambio tienen paz,

que no buscan robarte

y vos sabés que no soy zoófilo

pero estas aves son tan simples

dejan vivir me dan serenidad,

sin pacto previo, como la naturaleza

y creo que hay en esto algo de perdón

y vos estás en medio y sos parte del perdón.

Por eso me gusta que las palomas bajen a tu patio.



Juan Sobalvarro - Nicaragua - 1966 - Co-fundador de la revista literaria 400 Elefantes. Este texto pertenece a su primer libro publicado, Unánime (Nuevo Signo Fondo Editorial INC, 1999).











Barrio El Pacífico




Era el lagarto que da miedo tocar

pero estaba allí con vida propia

moviendo su cola.



Lo demás era la callejuela oscura

una o dos muchachas

que soñaban en el paisaje de un mar

silbando caracolas.

Lo demás

una pulpería de viejo

un sol dorado para pedir deseos

un amigo que nació a los 30.



Y en marzo

vírgenes que se tambaleaban en las procesiones

un árbol

para mirar ropas blancas tendidas

el llanto de un tren

que ignora la estación de su destino.



Mauricio Molina - Costa Rica - 1967 - De su libro El abominable libro de la nieve (CONACULTA, México, 1999).















LE CHAT




Ella observa subida en el microondas



El gato de Baudelaire es Gala

øo el de Cervantes?



No te enamores del espejo

La muerte lo habita



El presente progresivo es un hecho













DE NOCHE CUANDO APARECE EL FANTASMA



De noche cuando aparece el fantasma de las fotos



Máscaras atrapadas al fondo del espejo

Relojería de cristal



Cuenca descarnada de rostro que mira

Borde dentado sin pies ni manos



De noche cuando aparece el fantasma de las fotos



Galería de palabras que arañan con ojo mezquino

Rastro de familia



Memoria amasada con adulterio

Pétalos insanos que se arrastran al árbol de la mente



De noche cuando aparece el fantasma de las fotos



Cuchillo elevado

para quitar la corteza que cubre lo que se encubre



Antes de dormir a la sombra

Humo que sube de las calderas



De noche cuando la obsesión

la histeria la cuasiparanoia y la neurosis



Afortunadas sois a un extremo de la línea



Palabras como creaturas

Perversas formas diseñadas con la música del eco



Tarafada de pensamiento deforme

Apuro de la marcha inversa del conocimiento



De noche

la oscuridad se desliza por el pasamanos



Luz que revolotea a través de un pasadizo

Luciérnagas falsas



Afuera el paisaje

Sangre que destilan los pinos antes de clarear



Este es el humilde decorado del animal arisco

Forma de una forma: espejismo de sentido



De noche cuando aparece el fantasma



Jesús Sepúlveda - Chile - 1967 - Publicó Lugar de origen (Ed. de la Hecatombe, 1987), Reinos del príncipe caído (Ed. Documentas, 1991) y Hotel Marconi (Ed. Cuarto propio, 1998), el primer texto es inédito, el segundo pertenece a su último libro Correo negro.







Alejandra








1



No temerás nunca a la naturaleza

(todas las bestias aprenderán a pronunciarte

con suavidad y cierta melancolía).



2



No cederás al caos

Ni sucumbirás al odio,

Al miedo de los hombres

O a las iniquidades del destino,

Eres azul y definitiva

Como el firmamento.



3



Y habrás de creer sobre todo

En los presagios,

En las palabras azarosas.



4



Nada, nada te será ajeno, donna:

El deseo y la libertad

Están atados a ti,

Alto follaje de intermitencias,

Insondable ola.



Alonso Rabi Do Carmo - Perú - 1964 - Publicó Concierto en el subterráneo (Ed. Libertad, 1992) y Quieto vaho sobre el espejo (Colmillo Blanco-Seglusa Editores, 1994). Este texto pertenece al primer libro.












Una gran ansiedad me consume, comienzo a escribir.



Mar seguro de caja estrecha, o, de otro modo, mar para niños.

Playa amplia, arena limpia, el agua lejos.

Sol oblicuo, helados, cola.

Para que esto funcione, se necesita cuidado en el manejo de la caja.

Si alguien agita, maremoto: cuántos muertos en la caja quieta. Cuantos cuerpos al fondo del mar.

Sólo hay mirar, para que la vida siga, en plano horizontal.

Si tienta el estornudo, mirar para otro lado: qué tragedia el huracán. °Fuera de la caja, estrellados!

No guardar comida en la caja, si se quiere respetar el natural devenir de las cosas.

No sentarse encima, no prenderle fuego.

Ay los inmolados por décima vez.



David Wapner - Argentina - 1958 - Poeta, narrador, músico y titiritero. En poesía ha publicado Tragacomedias (La Trompa de Falopo, 1993) y Violenta Parra (Ediciones del Diego, 1999). Este texto es inédito.







texto flaiter




dedicado como sentido homenaje a Malú Urriola, a kien no conozco y a Alfredo Gutiérrez, a ese sí lo konozco, hahahaha :P





alguien me dijo que la inspiración no existe

mientras sorbíamos una botella de vodka

en un taxi

y la mirada se me desviaba como la niebla en el mar

algo de frío

cuando derramé alcohol

y escupí en el suelo

en insana rebeldía



éramos tan libres

que nos avergonzaba reconocer nuestras cadenas

libres como el viento, libres para amar

ja ja



qué estupidez más grande

me encantaría poder decir que me pudría

el seguir estando vivo

y claro, en parte era cierto

como dice la malú que es amiga de alfredo,

en este país ya nadie lee,

y a mi aún me cansa seguir pillándole la cola al gato

se me olvidó

seguir sintiendo



pero eso ya no importa



la sangre volverá a fluir

en algún momento



y bien, es cierto,

la inspiración no existe

ni tampoco el helado manto del amor

y no existen los bellos futuros y sueños

ni su breve, negro aterciopelado horizonte

y menos el dolor de existir

sólo está el líquido pálido

la vida

derramándose salpicando

intentando tocarte sin lograrlo nunca

en irreductible asfixia

como esos acerados recuerdos que rasgan mi mente de cuando en cuando

puedes asumir que ello no existe

aunque quisieras lo contrario

y las lágrimas asomen sin que lo desees

y cada día se vuelva una sórdida tortura

mientras todos tus amigos viajan lejos

y las tardes se vuelven interminables

si no existe un océano de alcohol para mitigarlas

y todo, todo se torna tan incomprensible, inimaginable

que no hayas el momento

cuando las cosas estallen

y aplastes tu alma como minúscula figura

y entonces quizás

el muerto no seas tú

sino las cosas que ansiaste sentir y jamás llegaron

como tu aliento, como las emociones

como esta vida que se arrastra en la nada



Alvaro López - Chile - 1976 - Texto inédito











TAREAS DOMESTICAS




II



El sol de enero

corta sus alas sobre tu jardín,

entra por la ventana azul, se posa

en la madera tersa, rompe el lomo

de los libros en línea, A de Aleixandre

B de Borges, Zeta

de Zorrilla y de Zweig.

El sol de enero

atraviesa cajones con olor a lavanda,

las camisas de seda a la derecha,

arriba el negro, en la mitad el blanco,

atrás la lana, aquí el peltre, allí el vidrio

y abajo las miserias,

donde nadie las vea. El sol de enero

recorre el viejo orden, sigiloso,

de mayor a menor, de grande a chico,

por países, por género, por número,

por días y por meses y por años,

y va a morir al centro de tu pecho

entre tu corazón encordelado.



Piedad Bonnet - Colombia - 1951 - Entre otros, publicó en poesía Nadie en casa (1994) y El hilo de los días (1995). Este poema fue tomado de Postal de fin de siglo, poesía colombiana actual (KOLIBRO, 1995; selección A. Rodríguez Ballesteros).












øDónde está la maldita profundidad?

øDónde está el amor que te tengo?



caminan con paso de elefante

los caminos inconclusos



con los labios partidos

caminan

y en sus córneas secas

llevan

las historias

que les contó mi cráneo



øDónde está la maldita profundidad?



soy una alcancía chanchito

°sólo un martillazo!

øtan sólo un martillazo?

Y se derramará mi médula.



Lucía Gagliardini - Argentina - 1976 - Tomado de la sección "La bella y el chanchito" del libro El camino de los elefantes (NUSUD, 1997).







Metálogos




Observación I



La esperanza es una red saciada de peces.

Lo que está fuera de ella, es el mar del deseo y de los sueños.

Los peces son todo lo que pudimos ser.





Observación II



Ningún ser está fuera de la esperanza.

Ella sólo es un sueño bajo llaves.

Las llaves son lo primero que perdemos cuando tenemos esperanza.





Observación III



El yo es una puerta giratoria que se mueve cuando recordamos

O nos ilusionamos con algo o con alguien.

El resto del tiempo es una máquina trivial.





Observación V



Una cicatriz es un presagio; algo abierto; algo que jamás flotará.





Observación VI



Iluminarse es desaparecer para siempre.





Observación VII



Burgués, es todo aquél a quien se le cumplen los sueños y no los quiere compartir.



-°Es que los sueños son siempre son tan personales!





Observación VIII



Las tres dimensiones del tiempo son la espera, el olvido y la esperanza, así como las tres dimensiones del espacio, son el estar, el irse y el volver.



El aburrimiento es una categoría integradora del espacio y del tiempo.



Marcos López Oneto - Chile - 1964 - Integró el grupo de Experimentación Poética Lilith. Ha publicado Contrahabla (Ediciones del Realismo Simbólico, 1989), En estos ojos vacíos (Editorial Documentas, 1991) y Metálogos (Bellavistinos Editores Unidos, 1999).







MINIMAL




Traduje una vez

un libro

un signo

Un sueño nunca se recuerda

siempre se olvida

porque todavía se cree en los opuestos y los antónimos

Un sueño nunca se recuerda

siempre se olvida

porque aún se sueña en pretérito imperfecto



Copié aquella vez

más de una palabra

y más de una inventé

Traduje, pues, una vez

un texto

un signo



Repartí una vez

un mazo de cartas

Un azar dibujado

contado

øQué es lo que indefine al azar? El azar

un azar

øQuién distribuye los artículos y su racionalidad? El azar

un azar



Destiné una vez

una mirada

una mentira

un miasma abyecto

Sí, un miasma y sí, abyecto

Quien distingue miasma de pureza

distingue miasma puro de miasma prohibido



Distinguí una vez

lo igual de lo diferente de lo casi igual

°Qué pintoresco! Marcar las diferencias

Crear las marcas

crear las diferencias



Enfermé una vez

de percibir que

lo abrupto del cambio

eran 360 grados

trescientos sesenta



Romina Andrea Ciaffi - Argentina - 1982 - Poema inédito.







Aniversario (prosa del nerdo memorioso)




Ahora somos todo contra

lo que luchamos hace 20 años.

José Emilio Pacheco






Entre la foto de recuerdo de primera comunión, las cajas vacías, las cajas llenas, los pedacitos de lotería sin ganar y los discos gastados por la melancolía, te quedará alguna memoria que no te dé verg¸enza con la que podrás constatar que el tiempo no pasa en vano. Tal vez aquella vieja canción del 79 a la que Morita le puso algo así como música, algo así como eternidad.



(Mi mundo, todo lo que amo,

se muere esta noche, como arena,

como polvo de oro, que es lo mismo,

se escapa de mi mano poco a poco.)



Santana, Yes, Pink Floyd, Rubén Blades y las Estrellas de Fania y todo lo que pueda arrojársele a la cara

a la música disco.



Mías no serán las noches memorables en Barroco

ni los pasos perdidos en un baile de colegio.

Mías no serán las borracheras ni serán mías

las fogatas entre amigos bajo la luna efímera.



(llegué tarde o me echaron del coro, me caí de la bici, pateaba mal o nunca fui suficientemente hijo de puta)



No fue suficiente mi suerte para hacerme afortunado.

No fue suficiente mi muerte para hacerme inmortal.

Y sin embargo cada quien construye su propia

victoria contra el olvido.

Y como la noche, a partir de cierta edad a la que no he llegado, está mejor hecha para recordar que para vivir,

esta noche sin recuerdos recuerdo:



los dos botones entreabiertos de tu blusa que me dejaron

atisbar el pudor de un brassier francamente decepcionante para la niña más rica de la clase

(øno se puede cambiar el recuerdo por el de un calzón?)



aquella caminata de medianoche por las calles desiertas

de rohrmoser aullando como gatos en celo en los portales de las mujeres que nunca se atreverían a abrirnos

ni de noche ni de día

(aquellas pobres musas sin carné de identidad)



el árbol de hule que lloraba junto al orinal

el taller de teatro del que aún codicio

algunos virguitos invictos

(en las exactas palabras de lautremont)

el papelón de verte seguramente en suecos

como se usaban entonces

y no poderte declarar mi amor eterno



(paréntesis: por desgracia con bill gates

los nerdos conquistamos el mundo

pero no tu corazón)



los discos que me grababa en casette

matilde elizondo

el sótano secreto de otto monge

las revistas pornográficas que comprábamos

en el centro colón en vez de la tarea de matemáticas

(que también había que comprar)



las tardes apestando a palma africana en

una fábrica de aceite en ruinas

la erección de carlos cruz sobre las tetas de chacha

la coneja mal disfrazado de la sonrisa de carazo

gente con la que quisiera morirme ( o sea : vivir )

el lunar oculto en la pierna deÖ

øcómo se llamaba?



la ballena disecada en el museo de historia artificial

los motivos del lobo de darío

dichos por edgar céspedes

los motivos de un hombre bueno

dichos por un hombre bueno



todo lo que tuve y lo que no



la lluvia siempre a las 4 de la tarde

la tarde siempre a las 4 de la tarde

el pito del tren naufragando en el horizonte

la extensión ilímite de la sabana como el deseo

(como el deseo)

los fantasmas de tantos años inservibles

invivibles

olvidadizos



pido perdón a todos aquellos recuerdos

que no puedo amar

nada queda, mi amor.

nada queda salvo lo ido

nada es mío sino está perdido



Carlos Cortés - Costa Rica - 1962 - Poeta, narrador y ensayista. Entre otros, publicó en poesía Los pasos cantados (EUNA, 1987) y Canciones del prodigioso citarista del río que tañe melodiosamente en medio de las olas (Provincia, España, 1998).







EL PASO DEL PERFUME




Su perfume fresco se agrega a nuestro frío

a nuestros recuerdos,

como amapolas en medio de la piel,

imperio del olvido

que se enmaraña en

desatendidos besos de capulín,

tan sabrosos, que los párpados

aun sin dientes ni labios

se prenden del asombrado feromona

e inician un viaje, con trocitos, con puñados

de tierra -que no falte, que no falte- de destiempo;



relinchando entre nuestras articulaciones,

agoniza el pasado, que nos dio mujeres, muerte

y un mundo que catorce veces catorce

entorpece al amor.

Le disputaron al presente los signos,

luz espléndida del vértice del odio,

que nos dio generoso, una orilla de tiempo

herida por tanta palabrería.



Mientras maquilla sus tejidos de primavera

y pone a su cuerpo, el antifaz de los dieciséis años

como la primera vez,

la negra luna de la madrugada

empuja a los amantes

a la desgracia y al amor,

por la ruta de la piel ansiosa

de los ° carajo ! treinta y tantos

que no concilian de noche

los espejos y los sueños;

con su labio abultado -ventana de mi vicio-

muy lejos, invocó el azul plúmbago

de las auroras boreales

que nacen cuando se desnuda

chorreando un poco de felicidad

en las escaleras de los mil años

que tarda para levitar entre

la jeringa y el amor;

piensa en resignarse

y cambiar la varicela, por el mal ejemplo del nuevo

virus.



En casa bebemos prohibidas

orquídeas y lunares

que escurren, gota a gota o en cascada adicta

del escote a la espalda,

torrentes de Fundador,

releemos los huesos maltrechos

de los últimos versos cobardes

que escribimos;

se llamaba, creo, Macorina

la canción de la Vargas, que acercaba

los marcapasos de nuestros corazones desamparados

borrachos y de la mano, al burdel

de las tempestades y de la absolución de la cama.



Pretendemos, si por casualidad

alcanzamos el último metro de la desolación,

encontrar nuestras caras, nuestra hambre,

rescatar los viejos y podridos ascos por la angustia

de sabernos adultos;

elegir nuevos ojos,

besar al amigo común del fracaso,

que nos sumerge como antes en la espiral

sin fin de hojas, lluvia y siglos

de nuestro durazno de verano,



cerrar la mente, apretar la quijada

y vivir en un instante fugaz,

la promesa de que

aquella noche nos iba a durar

cien calendarios y trece mil seiscientas ochenta lunas

de miel.



Ahora que nos queremos sin miedos,

ahora que las flores viudas,

desbordan leche y menta

ahora que sé bailar, sin celos ni prisas

ahora que mis amantes

me dan solo maldiciones, un poco de yerba

y nubes vacías,

no toleran este sobrante de sexo persistente.



No he dicho, ni visiones,

ni desvencijadas verg¸enzas,

tampoco que mis vísceras conspiran

contra la húmeda grieta del tiempo,

en el que aprendimos a estar mas locos,

ni que nuestra hija, la ausencia

protesta por que fumo las cenizas que dejaron

nuestras interrogaciones.



A mi confesión le faltan

las palabras, de cuando

te levantabas del brazo del olvido,

dentro de un beso sin apetito

y sin mí



Treinta y tantas vidas

que valen

las lágrimas y el perfume

que nos engañan como

a los dieciséis, cuando perdimos

el futuro.



Jesús Hernández Limón - México - 1968 - Poema inédito.







Temps era temps...°I tant!




como la noche de anoche

y el bolero que eternamente

miente en Scudellers

pasada la cortina del color

bajo el neón

nada hay más presente

que tu ausencia



Febrero de 1992. Discoclub Tatú

Calle Scudellers, Barcelona.




Ricardo Sanz - Argentina - - Texto inédito.







PANORAMICA




Manchas

puntos sonoros

que oscilan

temprano en la

mañana amarilla.

Una cortina de plomo

amortaja la ciudad que despierta.

El tableteo de los helicópteros que huyen

hacia la noche

que también huye.



Jorge Dipré - Argentina - 1960 - Poema del libro aún inédito Merodea. El autor ha publicado, entre otros, Hacia Arriba (El Heresiarca & Cía, 1984) y El bodrio (Ed. Heresiarca & Cía, 1991, escritura en común con J.P. Yakoncick).







LAS PAREDES BLANCAS




Sencillamente extraña

la sensación del mes de junio en este año.

La calidez primaveral se escapa en el oxígeno.

Aquí, como en cualquier lugar del mundo,

se respira el terror de las paredes blancas.

Es junio y llueve

y mientras caminamos a solas por la calle

se mojan nuestros cuerpos,

nuestros sueños

y las paredes blancas.

Hemos aprendido a contemplarlas

y a fijar su extraño resplandor a nuestros ojos.

La próxima estación no es el verano

es quizá un lejano pueblo

donde no hay estación ni tren ni rieles,

donde no hace frío ni calor

y viven solo las paredes blancas

que no son blancas

ni son paredes

y se confunden con la lontananza.



Julia Erazo Delgado - Ecuador - 1973 - Ex-integrante del grupo literario Canta y Flora. Está por publicar su primer libro, Estallido.







LA FOTO




Ocho viejos con gorrito. Agitan las maracas.

No hay sonido. La serpentina cae

con la jactancia de la piedra.

Me piden que encuadre una foto.

La última. Que aparezcan todos los hermanos.

Casi mil años, somos, bromean.

Junio del 999. La gente sentía

que terminaba pronto.



Gabriel Reches - Argentina - 1968 - Poema inédito. Ha publicado en poesía Gomez (Ed. Araucaria, Florida, 1997) y El resto (Ed. Siesta, 1999).












Despierto, utilizo lo que me queda en el alma, casi inerte recorro con los dientes las calles para engendrar mi nombre. Pero mi carne se resiste, mis ojos ven mi cara y su boca desaparecida. Mi boca yace en silencio. Mi mano es incapaz de un solo trazo. Mi letra es invisible, pero las palabras me pertenecen. Y aunque mi mano no tenga fuerzas para levantarse, sé que estoy completamente escrita por dentro.



Nadia Prado - Chile - 1966 - Publicó Simples placeres (Ed. Cuarto propio, 1992) y Carnal (Ed. Cuarto propio, 1998), al cual pertenence este poema.












en mi mano

solo cabe

la piedra

de la mano



**



Pocos objetos

reconocen al viajero.





**



De los otros a mí

un solo paso.

Una moneda.



El viento

y su espalda

leprosa.



Gabriela Prado - Argentina - 1970 - Poemas de su libro Memoria animal (edición de autor, 1998)












"Tu sangre es el mejor

regalo para un amigo"



En el duro oficio de sostenerse

pierdo una batalla

como gota de sangre

dejada en la arena.





Tanto oficio, esfuerzo

y quedo atrás





el cuerpo se despide

y en su división

se alienta

a seguir por seguir.



Isabel Larraín - Chile - 1964 - Publicó Volver a Sadnes (Editorial Génesis, 1989), De los esfuerzos y oficios (Editorial Surada,1994) y El camino más alto (Lom Ediciones, 1999). Estos poemas pertenecen a su segundo libro.







PRINCIPIO DE LA NOCHE




He visto como las sombras acudían a tu encuentro;

sin nombre, calles sin nombre,

y bajo la capa del insomnio, en las primera horas,

escogías su visión irreal

y su presencia.

He visto como soñabas temblando de furia

entre mis brazos,

abriendo balcones en medio de la oscuridad;

calles, calles que corren bajo un cielo sereno.



El nocturno no sonaba.

Nadie salió, nadie oyó;

yo lo vi todo y me dolía.

Un momento fatídico,

no las buscabas

pero las sombras vinieron a tu encuentro,

no las creías

y ellas vinieron para arrancarte un pedazo

de aquellas madrugadas,

y los años.

Calles, calles que pisan mis palabras y las tuyas.



Agustín Calvo Galán - España - 1968 - Texto inédito.












un disco de los doors

poema de cohen donde habla de otra guerra

oprima una tecla para continuar



un salvavidas verde

fotos de los niños

un poema de mercedes

la llovizna el 7 de noviembre de 1992

tacones lejanos



oprima una tecla para continuar



la poesía ni existe

sus pechos son gloriosos

amo a berch rupenián

amo a barton fink

te amo a ti



pero de los tres amo más a B. Rupenián



Luis Pereira - Uruguay - 1956 - Editor de la revista Civiles Iletrados. Texto de su libro Retrato de mujer azul (Civiles iletrados, 1998). Publicó además, entre otros, Memoria del mar (1988) y Mujeres delgadísimas (1992).







en pleno ruido estrépito




de máquinas camiones

gritos demenciales

me acuerdo de repente

de Francisco de Quevedo y Villegas

"lo cotidiano es mucho y feo"

y pienso en el poeta hindú que nunca

leeré o el chino con pincel ante su ideograma



:el poeta

detenido frente a su verso

como el colibrí tiembla sosteniéndose

como esa mascota de peluche

cuelga en la cabina

de la retroexcavadora gigante



Gabriel de Leone - Uruguay - 1951 - Poema de su libro Incendio intencional (Civiles iletrados, 1997).












Cuando Ilanda

posa el dedo en los labios

hay una cuerda tensada

y un silencio equilibrista



--



Cuando Ilanda

tiende sus manos

mi cuello nunca está



--



Cuando Ilanda

siente celos

no lo dice



--



Cuando Ilanda

leyera a Homero

una ráfaga de barcos y de espadas

subiría por la calle Sarandí



--



Cuando Ilanda

corre pelea al viento con su pelo

pero los pies

apenas tocan el cemento



--



Cuando Ilanda

reniega de su cuerpo

en mis dedos

crece escarcha

y hay pájaros muertos

en los nidos



Víctor Cunha - Uruguay - 1951 - Estos poemas pertenecen a El libro de Ilanda (1988), dentro de la antología Cuaderno de Nueva York (Civiles iletrados, 1998).







NINGUNA MUJER ES MEJOR QUE EL MAR




ninguna mujer

es mejor que el mar

y aun así

todos los peces caben en su vientre

toda la historia se resume en su caverna

todos nuestros delirios se aplacan en sus senos



ninguna mujer

es mejor que el mar

y en todas las ensenadas interiores

está escrito su nombre

en todas las galerías del recuerdo

hay una flor de fuego entre la niebla

unos besos que se irán a la tumba con nosotros



ninguna mujer

es mejor que el mar

y el furor de su oleaje

nos lleva a la cima

o nos hunde en el silencio de la muerte



ninguna mujer

es mejor que el mar

y aun así

mi faro no deja de buscarla

entre el nutricio mar de los sargazos



Osvaldo Saua - Costa Rica - 1949 - Poema inédito. Publicó Las huellas del desencanto (EDUCA, 1982), Retrato en familia (Premio latinoamericano EDUCA, 1985) y Asabis (Ed. Lunes, 1993). Además de las antologías de poetas latinoamericanos Tierra de nadie (Ed. Lunes, 1994) y La sangre iluminada (Ed. Baula, 1998).







DEMASIADAS MANERAS DE MORIR




dije

este tipo de vida sencillamente

odioso

cada noche lo mismo ante el espejo

el mismo ritual ancestral primitivo

maquillaje compacto colorete

perfilador de labios matizador de ojeras

y luego lo de siempre otra vez

tumbada en una cama ajena

sin pijama

mejilla abajo el rimmel pegajoso grasiento

intento levantarme pero el mundo da vueltas

alrededor del sol sin detenerse

busco la última copa que ya no está

en su sitio

me arrastro por el suelo riendo abotargada

la lámpara del techo imitando la luna

sillas que no conozco el horizonte

será mi ropa interior ese trozo

de tela...

mi falda esta hecha trizas debajo de una mesa

sólo encuentro un zapato el otro lo tiraste

por la ventana abierta

poco antes de dormirte sobre mi blusa de seda

te enviaré factura cuando sepa quién eres



dije

este tipo de vida se ha vuelto

insoportable

recuérdame que pruebe otras formas de muerte

pero tú no me oías y a mí me dio la risa

viendo correr el rimmel sin prisa

hacia mis nalgas



Anna Blasco - España - 1957 - Poeta y arqueóloga. La revista Delito publicó en 1999 su poemario Variaciones para un solo instrumento. Este texto aparece en su libro Cuando mueren las hormigas (Deabruak, 1999).












Yo soy el rostro curativo de tu miedo

por el desamparo de un dios

presuntamente muerto



pero no soy tu amor

ni tú el mío



Soy lo bastante antigua para saber

del dulce vértigo de tus lazos suaves

y sin embargo

ver lo que está en el fondo

de aquella sangre perfumada.



Siempre duele ser el malo

øpero qué sería del héroe

sin el asesino?

sin embargo sus actos forman parte de

la regla

aunque su amor no tiene lugar ahí

y permanece oculto.





**



Siempre tiene hambre

Su cerebro funciona abarrotado

de papilas satisfechas



Mira en línea recta

y no deja huellas



El hastío lo aguarda

con sus fauces maquilladas

y no lo sabe.



Vive cegado por el futuro

y no se detiene



no se detiene.



Emilia Villegas - Costa Rica - 1967 - Publicó Ocho rounds y Soy de Tierra en ediciones manuales limitadas de Moyo Coyatzin. Emilia es pintora de reconocida trayectoria en CR.












viene el miedo al tugurio propio, solitario que alberga enredaderas; vuelvo a verte feliz, fuera de alcance, sonriendo estúpidamente desnudo.

Vuelvo a verte feliz y pienso desde cuándo; desde cuándo y hasta dónde.



Nadia Zimerman - Argentina - 1973 - Inédito.







PANTEON LAVADO




Tormenta tropical

el agua y sus harenes

°cómo tiemblan de pánico!

°cómo se agitan anegados!

nadie salva sus pieles o sus trapos

los que corren tropiezan en látigo de fuego

se arrastran musas y sirenas

reptan los simios

la tormenta tropical no es metáfora del caos

en el barullo todo tiene su lugar

todo se instala

se fija

se ordena

se abren las compuertas

la selva es panteón lavado

las mujeres reclaman abandono

no duermen ellas

en la vigilia

café

oraciones

galletas de yuca

llevan lo puesto y los pies de lodo

lo puesto y el torso desnudo

hablan con acento parece

nadie entiende sus gemidos

los cuerpos yacen en oleaje carnívoro

la tormenta tropical no es el caos

limpia selectiva

deja graznar a los pavos reales

vuela con los que pueden

si el aire se deja

si presta viento



María Fernanda Espinosa - España/Ecuador - 1964 - Premio Nacional de Poesía 1990 en Ecuador. Publicó Caimándote (Abrapalabra Editores, 1991) Tatuaje de selva (Abrapalabra Editores, 1992) y Loba triste (Editorial Eskeletra, 2000).







The Park




La luna comprime, inyecta el espíritu del búho

rechazando de oídas aquello

siempre sujeto a un modo de credo

- cualquiera fuera éste, e inmerso ya

en las efigies de yeso, en los laterales

del complejo con que se afronta el clima

a uno y otro lado del park.



Luna de enciclopedia, atesorando su acné

bajo el patrón del ahorro en los ojos

que la dictan. Desde allí referías

toda limosna en el repecho a pico de las calesas

(añejas desde siempre, pero puestas a punto

hacia los dedos novicios de quienes cobran

por dar una sola vuelta).



Y qué cosa este Parker. Así era su nombre

y asimismo se llamaba el "rey de la plumafuente",

y concedía como pudiese

orden a esos caballos de Errázuriz,

así de enfermos, canjeando algún compromiso

por las entrañas de a un filamento entre animales.

Ellos son parte del número. Con grandes

trayectos asuntan el leitmotiv, de Parker

(John Oliver Clayton, para mayores datos:

su filiación primera. Nacido como se ha dicho en 1943,

New Jersey. Su fin, en 1991/Sudbury, Canadá/

carece de suficientes detalles. De profesión "parker".

Eso sí: pero "parker-parker").

No dejando ni por asomo caer

su nitidez de moneda del Estado,

porque dé la gana; si con un sólo relincho

adhieren sencillos a la insignia de su amo.



Causa estupor tanta obediencia.

Bastaría nomás atraer la atención

aunque carezca de interés por ser motivo.

De todos modos, las hamacas del park

sondean el aire, cuando un gañido ferroso

aspecta cualquier próximo movimiento

con tal de sentir a la par la caballada.



- Más allá de la gran ciudad: circo

latinista llevándose a cabo una carrera

de carros (y Robert Taylor depurando

con sus espinas de hierro la rueda

y el chasis del enemigo muy inferior).

Una conciencia oscura dice

que se trata de otro Cristo, que a sus pies

me encuentro como un tren eléctrico

de pronto utilizado y donde querría

caminar entonces alrededor de las hileras

de casas, para protegerlo. Allí es de noche;

las carpas están armadas y existen

fuera del acecho leones en las proximidades.



Parker estaría abusando de su fanatismo

con esta clase de episodios, donde por fin

se incrementa a pulgadas el incordio

de una medialengua a veces ofrecida.



(continúa...)



Mario Arteca - Argentina - 1960 - Texto del poemario inédito Die Zentralpark. En 1999 obtuvo mención en el Primer Concurso Provincial de Poesía Carlos Auyero y en el 2000 el segundo premio del Concurso Hispanoamericano Diario de Poesía-Vox con su libro Bestiario búlgaro (que publicará próximamente la Editorial Vox).







BAJO EL LIMONERO REAL --QUE NO ES MIO




yerba mala nunca crece en este patiodondenodaelsol. Soy viuda negra y voy caminando a casa cuando me aburro de la parada en la esquina la poesía es áspera una lagartija caliente en la garganta si tenemos hambre mucho peor te lo dije ni lo pienses esto no tiene fin





hija te escribo desde el despacho hay una fotito tuya con medias a la rodilla y la nariz arrugada por la resolana del mediodía



Fernanda Castell - Argentina - 1965 - Este poema es parte de Meciendo la luz en el Sahara, espero, colección inédita.







RESULTADO DEL SORTEO 48131






heme acá más cerca de

lo que jamás me logró el

lomo partido



ahora en suerte rondan

palabras menos devoradas

con más tiempo para

seguir no siendo

protomilagro

asímil subterfugio

viñeteado en su destello de

iglesia palpable



calcado el sueño vendrán

insomnios confusos

paliativos

hurras

ramos holográficos para

al fin grabarme portadas

resto a resto

una nariz nueva

una melena nauta



así anudado e

inicuo





**



MALA SE—A



río ante

el trasero

que se difumina como perfecto matatiempo



tecla a tecla se cae

todo el código lógico o

híbrido

sin-verg¸enza

ora pro nobis



la escafandra tullida

el desenfoque

flash





**



PARQUE DE DIVERSIONES



no peques

mirando las niñas centrífugas

no te quedes obtuso

ni siquiera pienses

y regala tu ticket



Ernesto Proaño - Ecuador - 1971 - Publicó Digitales (Abrapalabra Editores, 1989). Además de la poesía se dedica a la fotografía y la pintura. Estos textos pertenecen al poemario inédito Espectrograma de Naún Briones(Ed. El toro manilargo, 2000).







Verano




Viene

el calor

desde

el potrero,

sudario errante

de la noche.



En el

viento quemado

se encrespan

murales

de lumbre,

pintados

por matorrales

incendiados

con la quema.



Arde el verano

fantasma de la sequía.



Ariel Montoya - Nicaragua - 1964 - Poeta y periodista, obtuvo mención de honor en el Premio Nacional Rubén Darío 1999 con su libro Perfil de la hoguera (de próxima publicación). Publicó también Silueta en fuga (Editorial Impacto, 1989). Dirige, desde 1996, la revista centroamericana de cultura Decenio.







Más allá del mundo hay dragones




Sólo tú haces de mi memoria

Una viajera fascinada

A. P.






I



Conversábamos sobre el dinero,

es decir, sobre la necesidad que cada uno tenía del dinero

y también sobre qué haríamos si obtuviéramos mucho,

hasta incluso demasiado dinero de una buena vez,

y cómo cambiarían entonces nuestras vidas,

mientras tomábamos un vino rojo y amargo

con empanadas de pescado de río

que habíamos comprado esa misma mañana

en el pueblo de Sauce.

En Sauce los días se dilatan,

los días son demasiado largos,

como volcados sobre sí mismos.

He perdido la capacidad de hacer un esfuerzo,

dije entre bostezos.

Ya estábamos un poco borrachos,

y era una excusa para recitar Kavafis:

Y he bebido un vino fuerte

como beben aquellos

que se entregan

valerosamente

al placer.



Ya estábamos un poco borrachos,

que es cuando más extraño tu boca.



Me acuerdo del vino rojo que tomábamos en España, dije.

Rioja. El vino rojo y alegre.

Sí, dijo alguien, se viaja para recordar.

Y entonces pensé en todo lo que se puede ver

a través de una ventana,

en el curioso mundo.

Y me levanté

para mirar hacia el lado del río,

y esa huida era una forma de no mirar.



Pude verlos

Sin embargo

Vagamente.

Eran tus ojos,

cerrándose

entre paredes iluminadas.



II



En medio del campo,

ahora,

sonidos de agua,

sonidos de campana.

El gallo canta,

marca la hora en el medio

del campo lluvioso.

Me acerco a la higuera;

los frutos no están todavía maduros,

deberían estarlo,

son los días finales del verano.

Quizás la sequía

despiadada

de los últimos meses

ha tenido que ver

con la maduración tardía,

con estos higos de febrero,

verdes y duros.



Hoy, la lluvia de verano

embarró el patio y mis sandalias

y salpicó mis pies,

y tal vez logre que florezcan

las plantas entristecidas,

postergadas, envejecidas

del jardín,

y que los higos

incluso

maduren antes del otoño.



Ese gallo canta a cualquier hora,

pienso,

y camino otra vez descalza

sobre el pasto,

pese a la lluvia.



III



Estábamos de pie

frente al río

cuando la noche se cerró sobre sí misma.

Del oratorio vecino

subió un murmullo

y una procesión pobre

con poca gente y antorchas

se encaminó hacia el este.

El fuego en la punta de las antorchas

Se movía en el medio de la noche

Entre retazos de plegarias

Y la tristeza de estar solos

En el medio del campo.



Pensé: Así son las costumbres de los hombres.



Conté que había visto

caballos de la costa

trotando en la isla de enfrente

del Coronda,



una tropilla oscura,

marchando en la orilla,

al lado del río,

mientras atardecía.

Había un caballo blanco también,

dije, que había tenido que ver conmigo,

Quizás,

En algún sueño repetido

De la víspera.





IV



A esa hora

es un color solitario

el río.



Vemos correr el agua,

El sol se oculta,

las nubes bajas se disipan,

se mezclan casi

con la estela de una lancha

que acaba de alterar,

ruidosa, la calma de la tarde,

una por una

aparecen las estrellas.

Entonces es cuando esperamos

el viento más fresco

del este o del oeste

y disfrutamos de la luna

incipiente

que empieza a brillar sobre el agua.

Me acerco a la orilla y mojo los pies,

y debajo de mis pies la luna

ha crecido

e ilumina el ancho

del río,

las aguas desbordantes.

Muy cerca de mí salta un pez

y se zambulle,

y el agua fresca,

nocturna

me salpica.



V



Volver a caminar,

dijo, no sé

- como si alguien

se lo hubiera preguntado -

pero sé que no quiero ser como antes,

dijo,

y todos sentimos

la contradicción y el dolor

de esa terrible esperanza,

del necesario dolor.

Sólo quiero que me amen,

Dije que dijo un director de cine.

Y es cierto,

asintió alguien,

sorprendido.



No vamos a naufragar con vos,

Pensé con la crueldad de los desesperados,

Y después necesité probar

Que soy inocente,



Inocente sobre todo

De los sentimientos canallas.



Lo miro

Entonces

Cuando no sabe que lo miro,

Lo espío

y recuerdo cómo era

Cómo era

Antes.



Y pienso una vez más

en ese cuerpo que he perdido.



VI



La vejez concluye sin cantos,

Escribe el poeta clandestino

Y alimenta a los pájaros.

La poesía es un camino inicial,

Dice la muchacha y se peina

Distraída,

bajo el sauce.

El viejo murmura

Maldiciones o plegarias

bajo ese mismo sauce

en esa misma tarde

de sol

de sol del último día

como en un sueño vacío de este mundo.

Poeta sin palabras,

Piensa:

Se me cierra la voz

el paladar protege

algún último secreto reducto

de serenidad,

de complacencia.

un mar inexistente de palabras

Nadie conoce como yo, escribe,

esta vida de fantasmas.



Beatriz Actis - Argentina - 1961 - Publicó, entre otros, la novela Alrededor de las fogatas (Colihue, 1999) y el libro de cuentos Viajeros extraviados (Bajo la luna nueva, 2000). Este poema es inédito.







Dietario de Hamlet (fragmento)




"I have most of the jets here in my table-book."

J. Marston, The Malcontent (1604)





los escarabajos las cucarachas las pulgas y las sombras

son mis rivales

van cargados de tierra igual que yo



no soy el que habla no lo que soy

de un lado a otro del escenario en pocos pasos

repitiendo mi estúpida historia

comedia torcida divertida

aunque sin palmoteos a la japonesa

una lástima



cruzo las piernas

la cabeza derecha como un cactus

hago las muecas aprendidas

cuanto más repetidas menos sentido menos placer



pero hay que fracasar para ser Hamlet

odiar sus caras embotadas pero no dejarlos

odiar si se trata de eso



disimular la voz

evitar el discurso natural del mundo lógico

diseñar una obra interior que tal vez ningún espectador alcance a ver



nadie descubra cómo saco provecho de mi locura

cómo escribo mi fama



yo mismo después de todo saltando sobre el telón de fondo

todo en mi mente

el infinito trasladarse por la escena

pero quisiera más

algo que les rompa la cara que los altere

pero sólo se logra aturdir



si pudiera dejar de mentir y estar de veras loco

ya de chico viajando por la ruta veía "felpudos" y no reconocía a los perros aplastados de la banquina





**



frío hasta en el interior de Horacio

el pobre cornudo estudiante de Vitemberga a quien todo se escapa

incluso mi pena



ya pasaron las fiestas y yo también

pero tengo un plan para salir del paso

pueden seguir tocando y comiendo sus fiambres

dejando que el olor a padre se escurra por el aire



yo que quisiera respirar ese gas de la asfixia

desfile de dientes

gente bien

hace falta sentirse importante (ellos están convencidos)

debajo de esas sonrisas gruesas como gruesas chequeras



resumen familiar: mi padre asiste a la gran bañacauda en su honor

el gran danés (rey hace unas horas) olía tan mal que terminó podrido entre los ajos de dientes haciendo muecas

su hermano ese hombre oscuro con bigotes enchastrados

mi madre la buena anfitriona (grandes labios rojos)

ubicados en un lugar iluminado contrayéndose a todos

mi padre el gran rËgisseur de la noche

sus dedos muertos chasquean vacíos en el frío inhumano



Ofelia párpados bajos vago aspecto español

castaña desde el cuello hacia abajo

pero de una gracia milagrosa

a pesar de ese corsé de gestos forzados

además de no saber qué hacer con su cabeza

que se le cae

y su pelo revuelto sucio de ramas



me mira y sonríe

se frota las manos para tenerlas quietas



Ofelia minuscular y sordomuda

su padre qué tesoro tenía

una hija y nada más



Luis Cano - Argentina - 1962 - En el 2000 publica Obras anfibias (Ed. Atuel) y Perro semihundido (Ed. Catálogos).












Õcaro es un ángel convencido de la importancia menor del vuelo. Ejercita sin pasión, la risotada cínica de sus alas en franco desafío al suelo. Largamente mira como los músculos laterales de su espalda se yerguen minados por la sustancia febril en sus huesos. Cifra su refocile admirando en el delfín su natural consorte, en el minotauro la saña de su empresa. Padre e hijo - Dédalo se alegra- se encuentran en ráfagas dispares de viento buscando alcanzar cada cual por su cuenta la inmensidad, el marasmo de la nada. Õcaro tomará un día distancia de los hombres, su cuerpo tan ligero bordará los ecos del éter precioso. Así los ángeles o los héroes, así también confusa la mujer que vuela en rededor mi piel. En el encuentro de los miembros me miro frágil en sus tendones, a la manera de Õcaro escondo el rostro bajo las olas. Exhalo - ángel o demonio- el impacto de la caída.







--







VII



Muere el 28 de agosto de 430

estando la ciudad sitiada

desde junio por los vándalos

de Genserico

Aurelius Agustinus de Hipona



Señor de los excesos y lengua de arena

Tantas lágrimas guardaba Agustín para dios

Tantas voces dejó escuchar quien confiesa a fin de cuentas

que ha sufrido, que la carne

le ha sido grata y el espíritu no lamenta su derrota

Ese dios de Agustín venció años después a

Genserico

a Maniqueo

a los cátaros y su pureza

Asutín se doctoró en iglesias

pero aún tiene noches en que recuerda a las negras

faldas que pecando

lo volvieron santo



Luis A. Arellano - México - 1976 - En poesía publicó Nómina de huesos. Fundador de la revista literaria Crótalo.







LAS PIEDRAS




De las piedras se habla con envidia,

quizás, porque ellas no hablan.

No fruncen el ceño

y aparentan desatender

lo que a su alrededor acontece.



Obviamente, todo esto es mentira.



No vuelan, pero enseñan a los pájaros a volar.



Se detienen en los abismos, al pie

de los puentes, al margen de los ríos

y desde allí advierten como anónimos vigías

los peligros de sostenerse en el aire.



Cultivan además varias lenguas sin poseer ninguna.



Su arte está en hablar por la boca de otros.



El aire las recuerda cada vez

que los páramos silban en el viento

y los ríos cuando nos adormecen

con su insaciable ronquido.



Si se agrupan lo hacen

como gesto fraterno, pues odian la soledad.



De ellas se escribe siempre

para hablar de otra cosa.



Su aparente mudez

es tan solo una licencia que Dios les da,

pues así nos interroga.



**





EL PEZ DE MI HIJA



Una pecera de 50 cms. de perímetro

y 15 cms. de diámetro

(aproximadamente medio litro de agua turbia),

a eso se reduce el universo

de Alfonso (el pez de mi hija).



Le echamos comida una vez al día.



El abre la boca como lo hacen los peces,

como un mimo aprendiendo a hacer burbujas.

Lo miro con lástima,

con falsa misericordia

y le comento a Gaby: "qué pecesito tan lindo".



De noche, cuando todos duermen,

me levanto y voy a la cocina.

Alfonso permanece insomne,

me mira con firmeza

(no sólo porque le falten los párpados).

Me interroga con sus ojos inmensos

tan cóncavos como la pecera que los contiene.

Me consuela, se aflige de mí

y sigue dando vueltas distraído

sobre sí mismo.



Tal como yo.



**



ALMORZANDO EN UN BURGER KING





Escribir un poema en una servilleta

-como éste que ahora escribo-

sentado en una mesa blanca y rosada

-como ésta en que estoy sentado-

comiendo una hamburguesa "Big King"

con papas fritas y coca-cola

-como la que como, mientras hago

una pausa en lo que escribo-

no puede terminar de otra manera

que con la frase final del ticket

que está sobre mi bandeja:

"Have a nice day "

-como la sonrisa de la cajera,

la instantánea y única musa de este poema-



Arturo Gutiérrez Plaza - Venezuela - 1962 - Publicó Al margen de las hojas (Monte Avila, 1991). En 1999 gana el Premio Hispanoamericano de poesía Sor Juana Inés de la Cruz con su poemario Principios de contabilidad. Los dos primeros poemas pertenecen a ese libro, el último es inédito.







OJOS DE ACORAZADO RUSO




Yo estaba con uno

y vos con otra

sin embargo

me abrazaste tan fuerte

que me apretaste las tetas.

Ahí ya supe que te quería.

Lo sé ahora

que estás en el Uruguay

vendiendo portavelas de caña.

Pero te quiero de otra forma.



Y tenías razón

cuando dijiste

que ibas a ser un buen tema

para que yo escribiera.



**



Cervantes 171



En la alacena

de tu cocina,

arriba, a la derecha

había un paquete

de chocolate soluble.

Me hubiera gustado

un día,

preparar una taza

bien caliente

para que la tomáramos juntos.



Patricia Roldán - Argentina - 1967 - En poesía publicó Tengo un plantígrado en mi corazón (1988) y Caminando sobre vidrio (1989). Participó en la antología de Ediciones del Dock en 1990. Estos son poemas inéditos.







ONOMATOPEYA DE LA CONCIENCIA




me da sueño leer mis poesías

Nicanor Parra




Y así sucesivamente...

la noticia mas importante del día es meteorológica.

Adoro la teletransportación.

relajémonos.

El desvelo es el combustible de mis noches.

Mi contención es un arrebato,

estás espléndida y quieres que te lea un poema.



Un diablito que habita en mi hombro izquierdo

discute con otro diablito

que habita en mi hombro derecho.



Cuestión de conciencia



Armando Alanis Pulido - México - 1969 - Poema inédito.







Oda a Vargas Llosa (o Vargas Llosa es un soda)




Genaro Vergassola vivió su niñez en Latinoamérica y bueno,

es obvio que el apellido en Italia no era problema alguno

pero también es obvio que en Latinoamérica

el apellido le trajo todo tipo de abuso verbal,

especialmente en sus años de temprana y mediana adolescencia

cuando chicos como Miguel Peiny

no paraban con lo de la soledad de la verga

y Mariano Bermúdez jode que jode con los

gemidos de excitación sexual

cada vez que la maestra mencionaba su apellido.

Claro, solo Genaro oía el abuso.

Los maestros encavernados leían a Platón pero no le daban bola.

El escudo salvador de Genaro fue la cancha de fútbol,

donde emparejaba el abuso psicológico con faulasos.

Después Genaro decidió vengarse con jugadas de buen fútbol

y esto resultó mucho más respetuoso entre los compañeros y

ya no lo molestaban tanto.

A veces se les salía lo del apellido

pero él tendría que entender.

Años después Genaro ya no fue tan verga sola

porque se mudó de vuelta a Italia

donde fue reclutado por un equipo de la "Serie A"

y todos los culos.



Simón Flores - Perú/Costa Rica - - Texto inédito.







LA ESCUELA DE VULVA




A) Vulva va a la escuela y descubre que ella no existe...

Vulva va a la iglesia y descubre que es obscena...



Vulva descifra a Lacan y Baudrillard y descubre que ella

es sólo un signo, una significación del vacío, de la ausencia,

de lo que no es masculino...(se le entrega un lápiz para que

tome nota...)



B) Vulva decodifica la semiótica constructivista feminista

y se da cuenta de que ella no tiene ningún sentir auténtico;

hasta sus sensaciones eróticas han sido construidas por

proyecciones patriarcales, imposiciones y condicionamientos...



Vulva lee biología y comprende que ella es una amalgama de

proteínas y hormonas de oxitocinas que gobiernan todos sus

deseos...



C) Vulva estudia a Freud y se da cuenta de tendrá que

transferir sus orgasmos clitóricos a su vagina...



Vulva lee a Masters y Johnson y comprende que sus orgasmos

vaginales no han sido medidos por instrumento alguno y que ella

sólo va a experimentar orgasmos en el clítoris...



D) Vulva lee Off Our Backs y explora el tribalismo; entonces

suspira por las ásperas barbas de dos días del otro género,

sus manos largas y su insistente verga...



Vulva lee a Gramsci y a Marx para examinar los privilegios

de su condición cultural...



E) Vulva interpreta los textos del feminismo esencialista y

pinta su rostro con su sangre menstrual, aullando cuando hay

luna llena...



Vulva reconoce sus símbolos y nombres en los graffitis

bajo los caballetes de las ferrovías: raja, tajo, enchilada, conejo,

rabo, semilla, coño y tajada...



F) Vulva se desnuda, llena su boca y concha con pintura y

brochas, y corre al Cedar Bar a medianoche para espantar

los fantasmas de De Kooning, Pollack, Kline...



Vulva aprende a analizar la política preguntando: "øEs esto

bueno para Vulva?"



Carolee Schneemann (traducción de León Félix Batista) - - - La autora de "Vulva's School" es Carolee Schneemann, de quien no hay ningún dato biográfico en la revista Sulfur #42, dirigida por C. Eshleman, donde apareció. Del traductor podemos decir esto: León Félix Batista (Santo Domingo, 1964). Poeta y traductor que vive en Nueva York hace tres lustros. Ha publicado varios libros, el último es Crónico (Tsé-Tsé, 2000). Con el inédito Torsos Tórridos obtuvo una Mención Especial en el Concurso Hispanoamericano de Poesía Diario de Poesía/Vox 2000.







sueño 801




se distorsiona la señal de radio, parece sumergida en una tormenta. Tengo un pie en el agua y me confundo. Me acosté con jeans y doy vueltas en la cama, atrapado. Averiguo lo que hay en la caja, el zumbido insistente de un insecto. Alguien dice: "en Laos se coloca un coleóptero en el sexo para provocar mayor placer en el momento del orgasmo". Busco el mío mientras suena el teléfono, un aparato blanco, inmaculado. Está apoyado sobre una mesa negra, inmensa. Tengo frío y tiemblo acurrucado. Hablo con un extraño: "bautizaría este sueño con el nombre de Alicia". Apenas un desliz de claridad me despierta, guardo un sabor extraño en la boca.



Sueño 802 /



una aspirina. Un vaso lleno de ron blanco. Un pez sangrando sobre el televisor. Doy vueltas en la cama, tengo algo tibio anudado al tobillo izquierdo.



Sueño 803 /



estoy despierto. Hablo con alguien sobre las burbujas en la sangre. El televisor se acuesta a mi lado, con el volumen en mínimo, apenas los gestos. Lo demás lo recordaré más tarde. Busco un libro en la mesa de luz, un fogonazo. Se cae uno de los murciélagos que duermen en el taparrollo de la ventana. Sueño que sueño con un pintor sin manos, la sombra de su obra es apenas un boceto que anuncia el alba. Acaricio los hongos con la palma de los pies, es un prado extenso. Una mujer llora en otro cuarto. Estoy despierto, anoto un recuerdo que después olvido. Cuando más tarde vuelvo al papel la escritura me parece rasgada, ajena. Temo volverme inútil.



Sueño 804 /



me acuesto con resaca. El tiempo se hace pesado, inerte. Trato de recordar una noticia que leí en el diario. Tengo problemas para respirar, me alivio al pensar en las muescas de un cuchillo. Escucho pasos en el departamento de arriba, quiero reconocer si caminan con los pies descalzos o es sólo una sombra de mi mente. Recuerdo ahora las manchas de sangre en el piso, un niño gritando. Las corridas por todo el lugar se hacen insoportables. Abro un frasco con moscas, su huida intempestiva me acaricia el rostro. Aprovecho para dormir, acompañado.



a susana villalba.



Fabián San Miguel - Argentina - 1964 - Publicó Perros de la belleza (Ed. Ultimo reino, 1996). Estos textos permanecen a su libro inédito Sueño 800, texto elaborado a partir de una noticia en el diario.







El agua es dulce en la vid




Mansilla lleva al costado de

su cabeza tiesa, el canasto lleno

de esferas preciosas.



La bomba no explotó.

Se han salvado los muy desgraciados,

piensa

sobrevolando la magra acción

de la suerte

en el instante anterior

en que una estela certera

lo devuelve a la nada,

dándole forma de rompecabezas

de chatarra.



Y su Skyhawk caiga al Atlántico.



Mansilla está orgulloso de su hijo

y de la medallita que aprieta

con sus dedos

de uva.



Guillermo Coulter - Argentina - 1964 -







REP⁄BLICA




Las palabras que recuerdas

De aquellos años

Son las únicas palabras

Que yo no recuerdo.





Entonces yo lloraba

Sobre aquellas palabras.





DEAD MOON



Ahora que ya no existe el número 3

Y pronto los mendigos descubrirán la radio-transmisión

En los insectos

Y los negros se chamuscan la piel de los cartílagos

Y todos sabemos que la vida extraterrestre no existe

Y la masturbación es la fuente más preciada de poder

Y sólo los muertos pueden beber el agua del mar.



Ahora que el suicidio es tan solo velocidad

Y que la percepción es una forma de autodestrucción

Y que el universo es líquido



La palabra es la conciencia

De lo posible.



J. M. Sánchez - España - 1978 -







CONVERSACI”N
EN TINIEBLA SOCIAL





la pobreza te dicen es algo despreciable

la ves por la ventana y es bodrio, sólo bodrio

la pobreza te dicen parece un pájaro raquítico

ensombreciendo el claro de tu patio



un niño le pregunta a usted:

øla pobreza, hacia dónde vuela?



usted se rasca la cabeza y no sabe pero siente

que vuela hacia alguna parte



-no estoy aquí para nombrar utopías

la pobreza es repugnante-



un hombre más sabio sabría

que la realidad modela el sueño

así como un dios de piedra

acoge en su regazo

una jauría de lobos





IRRUPCI”N:

A NICE LETTER TO MY LADY




una palabra irrumpe, el sonido

de un beso a través del teléfono

una broma cruel trae la risa

sin abolir la distancia que nos reúne

soy de esa piedra prolífica

que sufraga torpemente en cualquier esquina

a favor de esto o aquello, que dialoga

durante el día y llega a acuerdos

que desgastan su lascivia en medio del oficio

y vuelve cansado a la voz tranquilizadora

que le ofrece una mano y con ello

un cuerpo y tal vez un alma



en mi mente las neuronas

tramitan la saliva de mi amor

sé que ahí ordeñas nubes

y llenas el espacio de fluidos lácteos

con la explosión de una nube en estado salvaje



una voz entonces, una caricia quizás

son suficiente medicina para un hombre

que en el trabajo despilfarra

sus mejores días



de no ser contigo, las tramitaciones de mi mente

sobrepasarían mi cuerpo, vagaría por la misma vida

muchos años, me entregaría a tortuosas

conversaciones en bares de Santiago

resumiría a fin de mes una larga colección

de cuentas impagas y tentaciones

con más de algún peligro

-telepáticamente

no te dejaría ser feliz





IRONÕA-F¡BULA DEL REY Y DEL PE”N



el trabajoso hombre

solo mira hacia adelante

hacia las diagonales destruye

y hacia atrás la memoria

consulta una obstinada lealtad

a quien le dirime la muerte

-porque la muerte es resurrección

-pero de guerrero a reina

es la metafísica del travesti



°somos los trabajadores del país!

acaso para convertirse en reinas

cobardes ante la institución poderosa



el hombre es otra cosa -no debería

contagiarse de esos delirios de peón

porque sólo el rey es poderoso

y avanza lentamente entre tropas

amigas y enemigas: no habla, imparte



de él son los jardines y las mujeres

a él pertenecen los panes y los vinos

sin que melle mayor esfuerzo de esclavo

°oh peones!



pero la nobleza nunca existió

el tablero sólo la inventa

la subversión del tablero es como la subversión

de la tierra





-°oh peones!

qué no diría ese rey humilde

de estos humanos que llenos de lluvia y catástrofe

entre el amor y el trabajo

transitan en la máquina

qué no diría de este mundo

ese rey sin ojos ni sueño ni ganancia



Sergio Madrid Sielfeld - Chile - 1967 - Ha publicado Voz de locura, y co-publicado Retaguardia de la vanguardia y Los novios de Ariadna. Estos textos pertenecen a su libro El universo menos el Sol.







CADAVER PUNTIAGUDO




Cadáver enormemente puntiagudo como un golem



cristo entrecano con olor

a paja

mojada por las lluvias y el sol

sin corona

ni lienzos ni nada



ha vencido la vida no la muerte



lo ha vencido la muerte



muchos muertos y el muerto

principal Todos juntos Los queremos

detener aunque chirríen



todos tienen tierrita en los zapatos

sed

y un recuerdo de haber

pisado el mar



así

les han quitado el reloj de la muñeca

les han brindado

encima Han amado a la mujer

equivocada en la madera



se han pensado azul comiendo peces

han sido buenos

buenos muchachos cuando han matado



son felices

ríen de imbéciles que son





MATERNO-INFANTIL



Wenders estudia la posibilidad de realizar una versión rioplatense de paris texas

se llamaría mouriño durazno

sobre el arroyo carpintería



el personaje principal sería el mismo

travis

interpretado por el mismo actor harry dean

hay algo de tropero

U

esquilador

en el rostro de travis

se parece a uno de mis tíos muertos de cáncer

al finado querido

al temido copetón



no importa el tiempo transcurrido ni el que transcurre

lo que importa

es tratar de calmar este dolor que nos aumenta los nervios de la sangre

lo que realmente importa

es respirar

una bocanada de aire fresco

olvidar que nos estamos muriendo como perros enfermos





el niño sería yo

hunter me decían

en la calle vicente rubino 888

cuando los renacuajos

corrían carreras de regatas para mí



en aquella casa sin adentros

al lado del almacén de elena

la macumbera

una bayana que resultó ser

de las que desean que te pasen cosas malas en la vida

el recuerdo de mí

cuando los niños corríamos detrás de una vieja camioneta fordson

con el hombre murciélago

tirando figuritas a la marchanta



el niño sería yo

jane miraría a los ojos de uno desde su soledad berlinesa

pero haría su trabajo de seducción



sobre la cama

a través del espejo

sería un trabajito de encargo para paliar

el presupuesto familiar



la producción del filme tendría que ceñirse al estado

de mi actual economía de guerra



Elbio Milton Chitaro - Uruguay - 1961 - Texto inédito.







INHABITANTE DE ESTE MUNDO




I



Adiós, devotos del culto de lo cotidiano. Seguid el sendero de su destino, regido por un reloj invencible que ha estallado en mil pedazos. El ritual de la costumbre ha devorado a la catástrofe, y la ha hecho suya, para no quebrar el cristal inmutable de los días, el perpetuo presente que guía nuestros actos, idéntico a sí mismo y diferente de aquel otro presente que supo de un ayer y quiso que un mañana le diera vida. Nada cambia y nadie espera que las cosas cambien. El caos es el orden y el orden es el caos. Todo sea por lo previsible. Adiós, devotos del culto de lo cotidiano. Dormid para siempre, y que la vida se confunda con la muerte.



II



Pronto ha de zarpar este barco moribundo. Mi soledad y yo partiremos en un viaje sin rumbo hacia lo desconocido. No puedo dejar de mirar hacia atrás. Todo lo que he hecho se ha perdido, y me hubiera perdido yo también en el olvido, de no haber despertado de aquel sueño de fango del letargo. Mi mujer ya no es mi mujer. Los hombres no son los mismos. La ciudad es otra. Quién pudiera decirme qué licores he bebido para caer en tan furiosa embriaguez. No lo sé. Voy a descubrirlo.



III



Antaño creía en la noche y el día, en el cielo y el sol, mas luego comprendí que todo es ilusión. Con ojos glaciales he visto, con ojos que no son los míos. Mirad la lluvia incesante, el pantano pestilente, los cadáveres. Increada la luz que aquella tarde se posó sobre un montón de barro. °Oh, diosas! °Oh, dioses! °Qué terrible confusión la de esta raza! Les dais la vida y no la quieren. Les dais la muerte y la rechazan.



Ezequiel Tambornini - Argentina - 1974 - Poema inédito.












Yo que digo todo

que no tengo misterios con nadie

hace tiempo que pienso y no he podido entender

cómo es eso de callarse para parecer interesante

retener la intriga en la mirada de soslayo

como tú, mujer de escasas palabras





Yo que llevo la vida más aburrida de todas

que no salgo de mi encuentro y que vivo

encerrado en un cuerpo sin ritmo y con dos pies izquierdos

te veo ahora saliendo sonriente y feliz

y me doy cuenta de que no nací para estas latitudes tuyas

que el fuego detrás de tus ojos es inextinguible

que los trajes de amianto no los venden en el supermercado

no vine para ti, fui un ejercicio de tedio por un tiempo.





Cambiaron mi corazón por una papa

y es por eso que ahora nada me importa

cambiaría mi oficio por el de un carnicero

un degollador de cerdos gritones

hombre en delantal bañado en sangre

con el corazón vuelto un tubérculo.





Todos estos días me levanto cansado

como consecuencia de este tiempo juntos

malhumorado y sin afeitar salgo a la calle

y me encuentro con la mujer de muchos

en ella veo tus ojos en otras cuencas

en todas tu caminar, el menear de tus cabellos

tú, la que no fuiste, te pareces a todas.



Daniel Pradilla - Venezuela - 1975 - Integrante del grupo de poetas Tokonoma. Editor de Panfleto negro, revista mensual de poesía, narrativa y fotografía. http://www.panfletonegro.com/







Los grandes espejismos




Canto primero





Inicio el viaje a tus pupilas,

al verbo y a la luz que lo habitaba

en aquellos largos inviernos

sembrados de siluetas por la lluvia.

Hacia esas calles confusas y grises

de las grandes ciudades

cubiertas de máscaras indescifrables y tristes

donde borraría los rostros que la brisa dibujara

y los nombres todos,

dispersos aún por las paredes

de los viejos edificios.



Inicio el viaje aquí,

en este rincón del mundo que teje

y desteje el viejo chal de quien espera.



(Todavía hoy,

con nuevos y solemnes vestidos,

los viejos navegantes atraviesan este mar

y aguardan el amanecer sobre sus olas,

siempre despeinadas

por el viento del nordeste.)







Canto Segundo





Si el universo cantara en tus rincones,

como este mar

que canta en tu costado,

rebosante de peces de mil colores serpenteantes

Tibia ilusión de horas deshojadas de recuerdos

y, sin embargo,

alegres y festivas como los atardeceres del verano.



(Era el estío y el hastío que llenaba de voces

los rincones del espejo,

los aposentos todos

cargados de un sopor insoportable,

donde la ciudad desdoblaba su rostro

de cenicienta inmaculada y gris,

como las estatuas de sus próceres.)



øQué caminos cabrían en un corazón hambriento

de luciérnagas?







Canto Tercero





øEn qué costado del mundo dormía tu nombre,

siempre innombrable,

que convoca los grandes espejismos?

øQué sueños sembraban de caricias

la tibieza de tu cuerpo

desnudo y destellante de nuevas marejadas?



…ramos, entonces, exiliados de otras vidas

y, sin embargo, danzas aún sobre la miradas

del insomnio.



øQué hora marcarán ahora los relojes de Bruselas,

tan lejos de este trópico y su mar?

øQué hora tocará el deseo

en el marasmo de una noche convertida

en la nueva fundación del universo,

ya no caos ni remolino,

sino delirios que tantean el gesto apasionado

de esta playa y sus orillas?

øQué música podría evocar

las sombras de esta luz

en este planeta verde y agreste

donde el amor establece sus recintos?



Y, al final, cuántos kilómetros faltarán

para culminar el viaje

que iniciara a tus pupilas,

si siempre regreso a los desvencijados atarcedeceres de la lluvia

y a tus calles despobladas de sus alegres vestiduras,

donde el hambre, aún, sigue asentando

sus dominios.



Pablo Menacho - Panamá - 1960 - Poemas y ensayos suyos, sobre literatura y cultura en general, han sido publicados en libros colectivos, periódicos y revistas nacionales e internacionales. Ha obtenido algunos premios literarios. También ha participado en congresos, encuentros, talleres y conversatorios sobre literatura, y ha realizado dos vídeos documentales: El águila de Azuero (1995) y Los diablos de espejos (2000). Aparece en algunas antologías sobre poesía panameña e hispanoamericana.
Ha publicado los libros: Futuros ejércitos del mundo (1979), Voces en la lluvia (1983) y La sola mar (1989).







la memoria elástica




deberíamos

calcular

aproximadamente

a pérdida de la memoria elástica

que posee

una

de nuestras ideas más livianas

luego de ser arrojada

un número equis de veces

a través de una ventana

cerrada





--





marta entre las cañas



ayer violaron a marta entre las cañas

después la envenenaron con gamexán

le dieron un palazo en el vientre medio hinchado

estaba embarazada



se supo la noticia por dos chicos

que robaban duraznos en los campos vecinos

ricos duraznos (dijeron) dulces grandes duraznos

escucharon un grito y escaparon

corriendo veloces asustados tropezando



dicen los que me contaron que marta no lloraba

ni reía ni hablaba (lo cual no cambia nada)

pero dicen ellos también que probablemente

estire la pata



las cañas son terribles de puro espesas

la noche también cuando las nubes son las que gobiernan



no tan lejos del escenario de estos hechos había un baile

y mientras todos se movían bajo el sensual poder de la cumbia

las cañas (quietas) se mascaban dos pedazos de vida



polvos oros blancos del polvo venimos al polvo nos vamos

matorral mata rata mata cucarachas duraznos cañas

ayer violaron a marta



Fernando Mut - Argentina - 1968 - Tiene dos libros inéditos: Cuarentena (tercer premio del concurso José Pedroni) y La leche de las palabras.







VE, REGRESA




Para hacer bolillos de lodo esta mañana

me basta no tener que hacerlo muy de prisa

no hay manchas de las que

colgar tanto abandono.



Para ser puente que nadie cruzaría

sin mis piernas

sólo me basta seguir el sendero

que los otros eligieron para mí

en sus sueños.



Ve, regresa a tu silencio como de

una batalla que ganaste, dormido.





--



EL VENDEDOR DE BIBLIAS



El cielo cayó sin romperse junto

al toldo de la iglesia vecina

y la brisa lo deshizo como cuervo.

Los piratas que fingen bondad

recogieron las migajas e

inventaron modos de salvación.

Yo me entretuve con juegos

de salvaje carpintería escolar

junto a la iglesia de satanás,

el administrador de una tienda

de biblias donde todavía se hacían

las confesiones inmoderadas

de tantas cosas bellas

que uno se reprocha en privado.

Yo miraba hacia arriba buscando una

respuesta de la lluvia. Pero el sacerdote

era muy sabio con sus cuentos a medio

hacer,

por eso hablaba siempre del perdón

como de agua estancada.



José Alejandro Peña - República Dominicana - 1964 - Reside desde 1995 en los Estados Unidos de América donde edita la revista biling¸e de poesía El Salvaje Refinado. En1986 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con su libro El soñado desquite (Edición Orfeo, Biblioteca Nacional, 1986). Otros de sus libros publicados son: Iniciación final (1984); Pasar de sombra (Fundación Amigos del Arte, 1989); Blasfemias de la flauta (Essential Icon Press, Nebraska, 1999) y Mañana, el Paraíso (Xlibris Corporation, Philadelfia, PA, 2000).







Apuntes del subsueño




Dicesé apuntes surrealistas en vena materialista nada común, se siente infrecuente, se le critica con acerba cortedad, la ignorancia. vuelve de los sueños y es esto lo que apunta:



En un garaje mágico una pintada sensacional: "proibido orinar aquí, himnorantes"



Subía las cuestas de las Lomas, a pie y con esfuerzos. La cuesta se empinaba cada vez más y más, hasta que tenía que agarrarse del asfalto con las puras manos, como escalando urbanas y uniformes laderas. A su lado, el lugar común de lo ignorado en latitudes, simbólico misticismo de aquestas cuestas.



Cuando sube se da cuenta que a quien buscaba allí se encontraba. Y le cantó una canción dulce en los labios silentes. Y lloraron. Todo bien, nada más que otro falso recuerdo.



Y la pintada represiva surtió sus efectos, por los tiempos de los tiempos, así fue.



Rafael López Murcia - Honduras - 1971 -







UNO




(Robert Lowell, aeropuerto de Ezeiza, 1962)



øCómo luchar contra la locura,

dolor azul en ninguna y todas partes?

Del mundo ahora apenas puede ver el dorso,

un número seco, la zarza antes de las llamas:

no puede subir desde lo oscuro,

desatar el nudo, calmar el hambre:

hay una aguja que perfora una a una las olas,

un agua salobre y espesa

que llega hasta la boca luego de infinidad de conductos,

un antiguo hedor que no se disipa.

En la palabra, la sutura.

En la razón, cuerpos que no se adhieren a sus sombras,

ecos que resuenan sin origen aparente,

una memoria de infancia, soterrada, transformada en escarcha.

Al sueño sucede una obsesión.

La obsesión precede a la muerte, con precio y sin estética.

Y la muerte tarda, viene a lomo de perro con tres patas.

Quiero empezar todo de nuevo con usted -

dice.

Se lo dice a una desconocida,

como se lo diría, en su desesperación,

a una rueda que no para de girar,

a un evangelio bajo una roca,

a un pez envuelto en pasado y acre.

Y sopla piedad desinflada, apócrifa.



**





Si se respira es por una grieta

en el muro, por un agujero

en la red, por una falla

en la masa que a todo cubre.

Hay relámpago en el pan.

Hay ácido en cada palabra dicha

o callada luego del amor y la lluvia.

Todo se encamina hacia el vacío,

todo se vacía, entre risas y ruidos.

Los niños juegan a la muerte y mueren.

Sólo el viento no muere, sopla

contra una casa vacía

desde la que sin embargo

salen gritos.

Un perro ladra,

tendrá la palabra algún día.



Carlos Barbarito - Argentina - 1955 - Entre otros, publicó los poemarios Poesía quebrada, Teatro de lirios, Páginas del poeta flaco, Parte de entrañas, Bestiario de amor y Desnuda materia. Estos poemas pertenecen a su libro Casa de cadenas.







V…RTIGO




Lenguas de muscular ebullición

bajo un pesado resplandor de aceite

se rondan, se acurvan, se presienten.

Bello lodo con nostalgia de desastre.

Debajo de esa piel no hay alma, no la hubo, no hace falta:

animales que se amoldan

y besan y muerden y contemplan;

se amurallan, se vigilan.





Debajo de esa piel debida,

de vida, se colindan, se tejen, se rezuman.

Debajo de ese polvo

apestan, se devoran, se vacían.





Tan semejante danza de suavidad y sed

sobre un grumo de desorden. Tensos

espectros de una cuerda.

Debajo de esa miel la muerte, la peonza sobre el vidrio.

Su lugar está aquí (digamos aquí), rápida rienda del giro.

La eternidad es tibia, breve como esta carne

que se desangra y duerme.





La herida del éxtasis repite

la risa de su corazón vacío

y caen hacia la vida lentamente

con las garras frías,

con el hambre abierta,

los limos animales que están solos

como todas las cosas de la tierra.





--



NADIR





A dónde van las cosas que nos duelen,

las que vivimos así, calladamente,

contando nuestros pasos que se borran.

El muro, una ventana, la canción,

nada importante,

la misma calle, el mismo techo, la misma sombra.

A dónde van

cualquier tarde esas imágenes que aran

hasta el último rincón de lo que somos,

y queman y arden y no hablan.





Qué pobre es el dolor si lo inundan

de gavetas, filigranas o preguntas,

si lo explican.



No se curva

el dolor sobre su lámpara, no pasa

por el umbral de las palabras.

Es sedoso rumor bajo el candil del esqueleto,

cangrejo hambriento que se entierra

en la arena púrpura del alma.





Y a dónde va, igual, toda esa mancha

del dolor que empapa

la hierba, la herrumbre, las baldosas

y el breve riel de las miradas.

A dónde van las cosas

que traemos en un pozo, en la huella de los dedos,

los gritos del espanto y el amor y la tristeza

que nos curva. Sólo cosas

limitadas, nuestras, quietas

y casi ofrendas, irremediables,

viejas.





A dónde van entonces que nos duelen

como un crujido de brasas en la noche,

como un asombro de pájaros y rezos.

Una herida que pasa súbita

al otro lado de la carne.

O sólo duele la pobre, pobre maravilla

que se aleja en su viento de detalles,

el truco triste de su apenas, muda

y miserable, duele toda, todavía.





A dónde va la sombra de las cosas, el vaho

de la tibieza negra en el cristal

de la emoción bajo las cosas.

A dónde va el prodigio, ese ver

de pronto

el afilado fuego, la serpiente

a los pies de una diosa de madera.

Ese ver

que sólo es aire, rastro,

música de huellas.

Ese tocar de pronto

algo como

una honda, honda grieta

debajo de este mundo.



Jorge Fernández Granados - México - 1965 - Sus libros más recientes son Resurrección (Aldus, 1995), El cristal (Era, 2000) y Los hábitos de la ceniza (Joaquín Mortiz, 2000); así como el volumen de cuentos El cartógrafo (CONACULTA, 1996). En 1995 obtuvo el premio de poesía Jaime Sabines y en 2000 el Aguascalientes.












la amarga satisfacción

de una gran venganza

se extiende

sobre la tierra



una sombra

oculta el cielo



cae una lluvia

de ventanas cerradas

por las calles desiertas



detrás de los cristales

un joven mira

la pared

del otro lado



y entiende que es parte de ella



(el mundo

es el medio

en el que alguna vez

empezamos a vengarnos)





..................................





nos han

enseñado

a levantar distancias

con palabras



de alguna

forma



sin darnos

cuenta



contra la pared del mundo



y la calle intransitable

de la noche



viendo hacia arriba



nos han dicho

que el cielo está aquí

abajo



y lo hemos creído

sin preguntarnos...



detrás de las ventanas

una mujer

desnuda

despierta



y no sabe

por qué no duerme...



detrás de las ventanas

una mujer

contempla la ciudad



pero

después de muchos cielos

nublados



empezamos a dudar



y un día ya no entiendes

nada



un día sacas un arma

y miras hacia abajo



y te das en la cabeza



entonces

las palabras se terminan



en la calle del mundo



un poeta contempla

los restos de un héroe

urbano



y siente envidia



y escribe esto



Soren Vargas - Costa Rica - 1981 - Textos inéditos.







La sublime sensación de no sentir nada




Era de veces cuando sentime derrumbar.



Era de veces cuando Aquiles era una broma



Y parecía doblarme por completo ante la irresistible misericordia

De Nuestra Señora de la Gravedad.



Apoyado con una mano en mi zaina alma

Y con mis 3 dedos restantes sumidos en la frágil

Y sutil médula de los pilares de la inconsciencia

(Fénix invertido)



Desfallecía.



Aburrimiento de mierda,

Sopor de serpientes,

La sublime sensación de no sentir nada.



Los pilares que alguna vez sujetaron

El raso falso de la monotonía desnuda.



La concertación de un Zen sin motivo aparente,

La canalización de la vaguedad interior o exterior (que más da).



De adentro hacia fuera, de arriba abajo, poco importa



El templo a caído rato hace

Pero los malditos cimientos se recogen, se multiplican

Se reconstruyen

Y protégenme de la aridez mundana, de la ignominia absurda

Propia de los Super-Ustedes.





Gastro Solar



øHas sentido alguna vez ser devorado

Alguna vez siquiera

Por aquel candor insoportable

Por aquella caníbal llama de sardónica expresión

Que de un astro incrustado (crustáceo divino)

En tu locura inventada, imaginada

Sin manos mas con soez boca

Se desprende de tu expresión adolorida?



El ardiente estómago del astro rey

Escondido, cobarde

Parapetado tras mantos de constante vigilia

Nos procesa con sus jugos ambarinos.



(El desierto de una puta existencia)



Te encuentras de pronto solo ante el hambre heféstico

En pelotas y sudando.



Caes sin parar por el tubo de la desesperación amarilla

Humeante, e inmisericorde.



Túnez, Argelia y Egipto son una broma de salón

Yo fui digerido por el sol.



Alberto Javier Onetto - Chile - 1981 - Poemas del libro inédito ⁄ltima estación: Gólgota.







De las palabras




Estos breves objetos

que andan sobre el silencio

como hormigas sobre la mesa

con qué decir esta boca es mía,

o decir estuve de pie una vez,

bien de pie pero mal herido

sobre la tierra;

objetos con qué lanzar

piedras al estanque,

o esas piedras

cayendo en minúscula explosión

al estanque

de la memoria,

aquel día detenido en esta mancha

ligera y breve como los días;

esos días diminutos diciendo a voz en cuello

su pequeño niño

sin voz

sin cuello,

con hambre de hierba voraz creciendo

hacia atrás,

o esa hambre

de ese niño

entre las piedras,

las palabras.







Poema indolente



Dado un hombre cualquiera apostado en una esquina

cualquiera de una ciudad cualquiera,

y dado un objeto cualquiera de considerable peso

suspendido entre las manos de ese hombre,

y dado un segundo hombre que en sentido contrario

avanza recordando en su corazón una canción

cualquiera,

y dado que llegado a cierta distancia recibe en la

cabeza el peso considerable de ese objeto cualquiera

que arrojara sobre él

el primer hombre que le aguardó durante horas

apostado en la esquina,

y dado que un tercero lo observa todo apoyado en un

portal mientras masca con sincera fruición un

mondadientes,

y dado que finalmente los tres se consumirán en un

instante

y desaparecerán para siempre después de esto

escribo este poema para algo más persistente como la

lluvia que empieza a diluir

esas tres sombras sobre el asfalto.



John Fitzgerald Torres - Colombia - 1964 - Narrador y poeta. Publicó en poesía La camisa en llamas (1987), En el centro de la hoguera (1990) y Palabras de más (Ed. Magisterio, 1998), libro al que pertenecen estos textos.







Tres árboles
(invocación en la muerte de mis hermanos)





Señor

de los tres dejas el de tronco

menos fuerte

el de frutos tardíos

el de más débil fronda

Afianza mis raíces

cuida mi savia

permite que lleguen pájaros

y que canten

para que los que vengan

disfruten de mi sombra



Robinson Quintero - Colombia - 1959 - Publicó De viaje (1994). Este texto aparece en la antología Postal de fin de siglo: poesía colombiana actual (selección y notas de Armando Rodríguez Ballesteros, Kolibro, 1995)












QU… DIERA AL mediodía por no ser yo

fijarme en otras cosas

desentrañar con garfios las íntimas razones

de que esta resolana abra cuchillos

sobre la plaza pública

explicar aquel traje que avanza

contra la voluntad obesa de su dueño

la risa desmontable del globero

la cicatriz humanizando apenas

el muslo acitronado de la recepcionista



Qué diera lo que resta de la tarde

por un ojo de mosca

multiplicado obsceno vouyerista

de ajenas percepciones

que polizón me diera una conciencia

nunca antes martajada

-por ejemplo la mía



Pero no tengo sino esta vista gorda

algo como ambición de caballo placero

unos zapatos grises que renuncian

cada trescientos días

una barba postiza este cuaderno

y un billete doblado en cuatro partes

dormitando la inocencia entre los senos

de alguna persuasible

que pagará la cuenta



--



NADA HOSTIGA AL papel esta mañana

No hay un gris melodramático ni demasiado frío

ni ganas de salir Pero tus manos Las puertas

del armario enronquecieron Cepillo violinista

la hilera de incisivos Aún noviembre Reniego

cinco veces de camisa Un manojo plátanos

Tu ausencia La ropa se amontona en los pretiles

Mejor una galleta Una revista de cutis mejorado

Pasa el camión del gas El escritorio arriba

es un deshuesadero Me observa el papel niño

El sol tiñó persianas en mi nuca Somnolencia

Entre la tabla y mi nariz con suerte haya un versículo

Rumio el postre mirando la banqueta Tu espalda

pero no Cernuda Manrique y el código civil preludian

la modorra Mi barba se destiñe y caen dos versos

que tacho avergonzado Tu piel vuelta collage

sobre el naranja En una habitación mi hermana llora

cuando suena el teléfono Mejor música celta

Tu boca pero no Mis padres conmemoran

la hazaña de estar juntos Contando la portada

llego a la foja seis de cuatro libros Ya es diciembre

El foco me hace bizcos Se distingue lejana

una ambulancia Tu rostro finaliza este poema



Román Luján - México - - Textos inéditos. Publicó Instrucciones para hacerse el valiente (CONACULTA-CECUT, 1999).







Heman




Hoy construí de nuevo al héroe que no sabe defenderse solo.

Ese que tiene nariz de cangrejo y huele a Odolito.

Que me emociona hasta las lágrimas cuando se enfurece

y la pechera no le deja atarse los cordones.

Que mira fijo

para otro lado

y habla con desprecio

por las palabras.



Mirá si serás tonto dijiste desatando una implosión

de mil pompas con el botón de mi nariz.

Y empecé a desarmarme.

A caerme a pedazos

como un rasti mal armado.







Desoleado



Existen miradas tristes desde atardeceres sin ninguno de esos sabores.

Hay cosas que las carretas no pueden llegar

y rachas que duran nunca.

Un pedacito que no cabe en un instante y ha llenado mis días últimamente.

La marea sin la superficie, sin las olas.



Como es que puedo pensarte sin tiempo y arena entre los dedos.







Sus



Unas de esas piernas que se doblan al revés,

que se alejan cuando vas

como vistas en el espejo retrovisor,

me dejó pensando en cuchillos.

Y al doblar la esquina me hice

una pila de filetes desordenados

como naipes barajados

por manos inexpertas.

Se fue con unos de esos pies que no dejan huellas.

Me quedé con nada que guardar celosamente

repitiendo como un pendejito

no me dolió.



Pablo Saffarano - Argentina - 1970 - Poemas inéditos












Ha venido mi amigo Fabio

a ver la construcción

de la casa,

hace muchos gestos

de exclamación y preguntas.



Yo, trato de

explicarle cada cosa.



Luego, me abraza

felicitándome y

se despide.



Va pensando que es

una casa

muy ostentosa para

un simple poeta, una

casa muy simple para

un poeta ostentoso.



--



CELEBRIEDAD (fragmento)



"cuando no ando en las nubes

ando como perdido"



Un borracho es una noche trizada sus cristales

es un cristal tirado bocabajo

es un poste con el foco encendido

es un disco hablando del suicidio

es un torturador triturando los testículos del lenguaje

es una cantina con sus putas y ladronzuelos

es una botella destapándose en la cabeza



un borracho es una mujer azul

øte gustan las mujeres azules?



Dylan Thomas fue un buen borracho

se salió de la clínica a tomar 18 wiskys seguidos



las mujeres azules vagan en las noches sin niebla

øte gustan las mujeres azules?



el Marco es buen borracho

dice que está cuerdo de remate



una mujer azul es un niño haciendo volar su cometa

las cometas son velas encendidas

øte gustan los cometas?

ellas invaden los sueños vestidas de lila

corren por las veredas tropezándose con la luna

incendian las noches en sitios estratégicos

violan el recuerdo refugiándose en los poemas



øte gustan los borrachos?



una mujer azul es una niña chorreándole su helado

es una flor de donde salen gigantes perfumados

es una ciudad con sus túneles y avenidas

es un cuadro amarillo de un loco

es un ángel con las alas rotas



el Marco es buen poeta nos rompió el alma

un borracho es cristo resucitando

cristo es una puerta abierta

una puerta es una canción de bob marley

bob marley es un perrito orinando en el poste

un poste es un borracho con el foco encendido -ya dije-

øya dije te gustan las mujeres azules?

azules sus pétalos

pétalos sus ojos

ojos negros transparentes

transparentes sus pechos

sus pechos de luna

luna de cuarto menguante



øte gustan los borrachos?



Edwin Madrid - Ecuador - 1961 - Textos de Puertas abiertas (Ed. Eskeletra, 2001; ed. Biling¸e, trad. De Carlos Reyes) y de Celebriedad (Secretaría Nacional de Comunicación Social, 1991). Dirige la revista Línea Imaginaria.












La sombra de mi mano derecha

es una mano izquierda

lo que escribo



alguien lo escribe desde dentro del papel,

la punta de su lápiz contra el mío.

Me gustaría saber qué piensa ése.

Me gustaría saber cómo es que suenan

esos versos que corren al revés

rumbo al Oeste de un mundo inclinado.



--



A MEDIANOCHE



A medianoche, la luna

alta sobre el lago

entre juncos de inspiración chinesca:

pero yo no la veo,

estoy dormido.



--



A UN POETA PERUANO



Te tomaste el trabajo de juntar

cada sustantivo con un adjetivo

adecuado, poético: "lánguido follaje",

"veredas solitarias" y hablando

de los chicos "jilgueros traviesos".

No quedó nada opaco, nada inútil,

nada que se resista a la interpretación.

Si Dios hubiera fabricado el mundo

con tu sistema, hubiera demorado

más del doble y el resultado no valdría

ni la mitad.

Y sin embargo, de tus versos

algo me queda en la cabeza:

el modo de crujir, machacar

el tiempo real cuando caminan.



Daniel Samoilovich - Argentina - 1949 - Entre otros, publicó Párpado, El mago y La ansiedad perfecta. Estos poemas pertenecen a Superficies iluminadas (Hiperión, 1996). Desde 1996 dirige el periódico trimestral Diario de Poesía.







Lugar




Lugar,

es el nombre del animal más grande de la tierra.

Hay quienes aprovechan su sombra y no saben que existe.

O beben su saliva y lo confunden con un río.

O duermen en los huecos que dejan sus pezuñas en la tierra,

y piensan que la tierra es así.

Los exiliados cargan sus pedazos de tiempo.

Otros calvan zapatos en el barro.

Hay ciegos que cambiaron la vista por una certidumbre.

Algún dios carpintero que fabricaba muebles repite

la sentencia:

"Un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar".

Pero los desaparecidos, ødónde están?

Si el nombre que los nombra parece un chupadero.

Todo es ajeno aquí.

Somos los extranjeros de un lugar que era nuestro.

El deseo escribe en un libro sin hojas.

Alguien se prende fuego envuelto en un secreto.

Hay quienes buscan que el amor les corrija la rabia.

Otros rezan, divisan un lugar después de este lugar.

Está el que desespera:

"si el animal ocupa tanto espacio, øpor qué no puedo verlo?"

Unos pocos eligen atravesar un sueño para llegar

a un sueño.

°Ah, si el silencio dijera sus lugares!

Ahora, cada baldosa es un campo de caza.

En días por venir, alguien

escarbará en las preguntas hasta desenterrar

un fémur,

algún diente de lo que fue un lugar.

Pero no en esta casa con un piso de viento.,aquí nadie se mueve, ha llegado el gran día.

Reparte un desierto entre todos los hombres.



Jorge Boccanera - Argentina - 1952 - Entre otros, publicó Los espantapájaros suicidas, Polvo para morder y Sordomuda. Este texto inédito fue tomado de la revista Kasandra #10. Jorge ganó el Premio Casa de las Américas en 1976 con el poemario Contraseña.







NOTICIAS DE CASA




Estamos bien



al mediodía

doy de comer añicos plateados y calientes



beso tu sangre y tengo así la boca pintada

y todo lo que digo me viene de tus venas



yo voy bruñendo el aire por la casa

voy frotando

frotando

frotando

el relicario hirviente de tu nombre

el dardo de Caín que me retuerce



estamos bien y tengo la mirada partida

y todo lo que como es el plato de tu muerte



--



CARTA DEL DON



La carta, jadeante,

me acuclilló en el charco rocicler

del corazón.



La carta

se humedece las manos,

sacude de mi frente el lebrel de la agonía.



Yo te bendigo, dice

y hunde su lengua de papel

entre mis belfos helados.



Me vuelca sobre el suelo, sudorosa

y sopla

con letras negras: yo te bendigo,



brindo

por este vaso tu preñez.

La carta dice cosas a mi cuerpo

y es como un beso largo que me incita a llorar.



Recompone

su corona de hierbas.

Hunde su dedo índice

en mi vientre de paño,

donde mi embrión refulge

como el grano de la luz.



La carta se marcha

como los dioses griegos.



Deja tirada a una mujer

a merced de los lobos

dorados de su dicha

sin saber si cantar,

si romper el aire

el rosetón de vidrio de su risa.

Está propensa al llanto.



La carta

deja tirada a una mujer que lame

su péndulo de luces

contra la oscuridad.



Ana Istarú - Costa Rica - 1960 - Poeta, dramaturga y actriz. En poesía ha publicado Palabra nueva (1975), Poemas para un día cualquiera (1977), Poemas abiertos y otros amaneceres (1980), La estación de fiebre (Premio Latinoamericano EDUCA 1983), La muerte y otros efímeros agravios (1988) y Verbo Madre (1996). La colección Visor de Poesía publicó parte de su obra en 1991. Como actriz y dramaturga ha ganado distinciones dentro y fuera del país. Estos textos aparecen en Verbo Madre.







LOS OCIOS DEL PINTOR




Cuando en el desprecio de

su propio ocio, el pintor se

destaca de los suyos - integra

un grupo aparte: bizarro



transpone quincallas

bagatelas, carantoñas

centelleos a la tela

sobrepuja a todos - es



entonces casi un otro

: turbulento, enfático, roto

por los espejos del estudio

con el crayon se intima



pinta, ignora aplausos

tiene cerrada la vidriera

al caer de la tarde con

sus bienes y males



--



FIGURA VOLADORA



a Louise Bourgeois



Ambigua como todo

aquende la ventana



En el decurso siempre

otra cosa dice del



fondo como cada

uno acostumbra ser



en pilas al borde del

murmullo plausible



Saliva urdida en

lameduras lentas



Así tan llenas

inyecciones de vida



--



EL MOMENTO PERFECTO



a Robert Mapplethorpe



A despecho de

cosas tan crudas



el día amenaza

comenzar así -



en un crujir

de dientes -



sin más

ni menos



Jorge Lucio de Campos - Brasil - 1958 - En poesía ha publicado Arcangelo (1991), Speculum (1993), Belveder (Diadorim/UNESA, 1994), A Dor da Linguagem (Sette Letras, 1996), ¿ Maneira Negra (Sette Letras, 1997).


















Se llora hacia adentro,

las lágrimas



por la garganta.





--





Hoy pasé por el pueblo de nuestro sueño.

No era nuestro pueblo.



Héctor Burke - Costa Rica - 1955 - De su libro La espiral del helecho (Ed. Alambique, 1996). Poeta y pintor de reconocida trayectoria en Costa Rica.












Nuestro

el privilegio

de interrogar

y hacernos daño.





--





Las cosas

dejaron de ser

milagros.



Sus nombres

se han borrado.



Como ruinas

se abren

lluvia

que nadie necesita.





--





El agua

sobrevive

a todas las palabras.



Francisco Rodríguez - Costa Rica - 1956 - Poemas de su libro Sobrevivencia del agua (Ed. Alambique, 1996).







Brillos




La verdad rebota en el patio

de un pe hache prestado:

un haz rectangular,

amarillo, encuadra plantas verdes

y tierra húmeda

en macetas oscuras, diciembre

veinticinco, tres de la tarde: ella



prepara el té, corta el zumbido de la heladera

con ruidos amables, claros: loza y loza

o el agua hervida que ahora completa

humeando una taza

y un aroma empieza a trepar en el vapor,

mezclándose,

a ver si comprendemos.



Damián Ríos - Argentina - 1969 - Texto inédito. Publicó el poemario La pasión del novelista (Ed. del Diego, 1998) y la novelita Habrá que poner la luz (Ed. del Diego, 1999).







EL CIELO, UNA CORNEJA




El cielo ya no está tan bajo como

el jueves de la crucifixión anterior

cuando hasta los niños de mi edad

podían tocarlo casi con mi mano



no ya la luz, el misterio colgando

de mi ventana como un trapo viejo

de Van Gogh



el infinito sólo tiene falsas puertas

de acceso, y un hall vengativo

hacia Dios

pero no tiene sangre de camello

para cruzar el desierto

ni tanta piedad que hiela doce vasos

de sed.



Bebemos el cielo rojo que vomitan

las aves del paraíso que cada hombre

anhelaría con tal desprecio simultáneo

si en el estuche de sus almas alguna

impaciencia se transformara en

espejito de amaranto



simulando un ascenso inaudible

de áspid manso



los ángeles rugen dentro de las botellas

de vino a las que todos, por turno,

venimos a orinar.



José Alejandro Peña - República Dominicana - 1964 - Reside desde 1995 en los Estados Unidos de América donde edita la revista biling¸e de poesía El Salvaje Refinado. En1986 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con su libro El soñado desquite (Edición Orfeo, Biblioteca Nacional, 1986). Otros de sus libros publicados son: Iniciación final (1984); Pasar de sombra (Fundación Amigos del Arte, 1989); Blasfemias de la flauta (Essential Icon Press, Nebraska, 1999) y Tomorrow, the Paradise (Xlibris Corporation, Philadelfia, PA, 2000). Este poema pertenece al último libro, cuya versión en castellano está aún inédita.







El peluquero




Sólo ante un dios inclina uno la cabeza

y cierra confiado los ojos



Sólo ante un dios entrega uno sus pensamientos

indefenso y sin miedo



El poema es el oficio de las manos del hombre



Un dios sostiene firme el pulso del peluquero



Robinson Quintero - Colombia - 1959 - Este texto aparece en la antología Postal de fin de siglo: poesía colombiana actual (selección y notas de Armando Rodríguez Ballesteros, Kolibro, 1995)







Invocación




Las horas caen plomizas sobre el barrio

Poniendo trémulas las ramas de los alisos

Le ha venido un mal día a mis palabras

Un tiempo pésimo a mis venas

Y me ha parecido ver a la muerte

Espiando entre las rendijas

Vendría bien hoy la voz de vikingo de mi abuelo

Para que oigan estos muros sus improperios

Sus sabias historias

Es el día propicio para volver a sentir

Su mano gigantesca sobre mi cabeza como

alivio a la incertidumbre

A lo mejor esta vez iré con él

Y dejaré que me enseñe

A comportarme en su casa

bajo la tierra.



Armando Rodríguez Ballesteros - Colombia - 1956 - Publicó Presagios y migraciones (1986), Lubros (1988), Postal de fin de siglo: antología de poesía colombiana (Kolibro Editores, 1995). Este poema pertenece a su libro Ojos de ritual (Kolibro Editores, 1997).







Atrás




Cómo volaban esta tarde los pájaros, gritaban

volando en círculos por encima del pueblo,

desde las terrazas los mirábamos, desde las flores, sin hablar.

øQué voz compite

con mil graznidos, noria invisible infernal?



Mi vida se resume en los cuatro objetos que hay sobre esa

mesa; ocurre sin embargo que no me interesa el

resumen sino

la versión íntegra salvo que se me ofrezca una corregida

y aumentada pero no es el caso.



Mirar atrás,

aprovechar estos y otros azares para mirar atrás,

porque es la única dirección en la que se ve algo

digno de contarse.



Mariano Peyrou - España - 1971 - De su libro La voluntad del equilibrio (Fund. María del Villar, 2000).












Existen gestos en la naturaleza

cuya belleza no se puede explicar.

øPara qué existe la Belleza?

Descanso mis fatigados miembros

cuando me hago esta pregunta.

El sillón es blando

y el televisor emite un documental sobre las especies.

Veo un par de nutrias girando sobre sí mismas

øqué las induce a realizar esos movimientos innecesarios?

Veo cómo colocan un grano de arena dentro de una ostra.

Explican que al cabo de unos años

la ostra habrá recubierto aquélla molestia

con una valiosa capa de nácar.

Miles de ostras viven tranquilamente.

Mientras que otras llevan dentro algo que las inquieta.

Esas dan una perla.



Sergio Pángaro - Argentina - 1965 - Del libro Señores chinos (Ediciones El broche, 1999). Sergio es compositor y cantante del grupo Baccarat.







CHAGRIN DíAMOUR




No hay estrellas fugaces ni horizontes.

La tierra inmóvil ve cómo el Sol muere

olvidando marcar días y noches.

La Luna es una cara oscura. Duerme.



Después de primaveras no hay veranos.

Mayo es glacial y abate la turgencia

tallando un verde intrínseco y ajado.

Los aromas, antígenos de alergia.



Todo es lo que parece. Nada existe.



Esther Giménez - España - 1979 - De su libro debut Mar de Pafos (Hiperión, 2000), ganador ex Êquo del XV Premio de Poesía Hiperión.











VIDRIO, ALDABA




I



Deshoja un vidrio. Cuenta cuántos

pétalos transparentes

tiene una flor tan dura.



Deshójalo. Quiébralo. Desliza

tus venas por el tallo. Entre los filos.



Te inundará la luz, la savia

del vidrio libre

de la flor quebrada.







II



Las aldabas no se deshacen.



Son flores recias como el tiempo.

El mundo está detrás.

Llama.

Penetra.



Rafael Courtoisie - Uruguay - 1958 - Escritor y ensayista. Publicó además de numerosos libros de narrativa, los poemarios Tiro de gracia (Montevideo, 1981, Premio de la Feria Nacional del Libro); Textura (Plural, México, 1991, Premio Internacional de Poesía Plural); Estado sólido (Visor, Madrid, 1996, Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe) y Umbría (Eclepsidra, Caracas, 1999), entre otros. Texto inédito en exclusiva para LAA.














PADRE




I- ARENA INFLAMADA



Mi padre es:

un arabesco

en mi vida.



Ondula, sufre y permanece.



Yo lo amo

como el hada

a sus flores transparentes.





II- ADEMANES DE UN CUERPO QUE NO PUEDO DESCIFRAR





Padre

que estás

en el sillón

entre el sol y la luna:



øA dónde nos llevan

tus enloquecidos ademanes?



øNo te das cuenta?



Yo creo que tu alma está tiesa.



Y es muy extraño:



pero tu piel

ya no alcanza

para cubrir tu cuerpo.





III- ERMITA



Esas manchas en la piel de mi padre:

øQue cla-

se de abejas,

en otra Era fueron

habitan-

tes de húmedas ermitas?



Selva Dipasquale - Argentina - 1968 - La trilogía "Padre" pertenece al libro Camaleón (Editorial Tsé Tsé, 1998). En 1994 publicó la plaqueta de poemas Teoría de la ubicación en el espacio, con el grupo Seis Sellos. Parte de su obra está incluida en diversas antologías de poesía en Argentina.







Encuentro en un elevador




Sólo nosotros dos entramos en el elevador.

Nos miramos sin pensar en nada más.

Dos vidas, un momento, plenitud, beatitud.

Ella bajó en el quinto piso y yo, que iba más arriba,

supe que no volvería a verla jamás,

que nos habíamos encontrado en la vida sólo una vez,

que si la siguiera sería como un muerto,

y si ella volviese a mí

sería del otro mundo.



Vladimir Holan - República Checa - 1905-1980 - Considerado el gran poeta checo del siglo XX. Publicó, entre otros, Abanico en delirio (1926), El triunfo de la muerte (1930), Trueno (1940) y Soldados del Ejército Rojo (1947). Este poema pertenece al libro La gruta de las palabras (UAM, 1991; versiones de José Emilio Pacheco).







Asombro




øPor qué demasiado una persona?

øEsta y no otra? øY qué hago yo aquí?

øUn día que es martes? øEn casa y no en un nido?

øEn piel y no en una cáscara? øCon un rostro y no una hoja?

øPor qué sólo una vez personalmente?

øPrecisamente en la tierra? øJunto a la pequeña estrella?

øDespués de tantas eras de ausencia?



Wislawa Szymborska - Polonia - 1923 - Este poema, publicado en 1972, fue tomado de la recopilación El gran número, Fin y principio y otros poemas (Hiperión, 1997). Traducción de Elzbieta Bortkiewicz. Szymborska ganó el Premio Nobel de Literatura en 1996.







Exilio




Qué será de nuestra casa mañana

vacía de tic - tacs

sin aire

ni incienso

sólo relámpagos

llamando la lluvia

en las montañas

donde medimos

el tiempo.



Gloria Díaz Salom - Colombia - - Ha publicado los libros de poemas Cuestión de piel (1997) y Rituales de la sangre (1999). Ha sido incluida en las antologías Taller de Poesía, Universidad Externado de Colombia, 1997, Bogotá, y Poemas de Contracartel, Bogotá, 2000.












transformaciones



un relámpago en el final del verano

es el comienzo de un verbo/

anunciación desde la memoria



la noche solamente refleja la primera desnudez

de quien se asoma a la ventana

poseído por los gritos en la capital del dolor/

mientras los amantes

regresan con furias y nuevos asombros



amar

parece ser un secreto de los inmensos soles.



--



IX





Francois Villon sintió en la huida la salvación



y del otro lado la opacidad/ los diálogos inútiles



øaún así se huye?



ninguna sombra detendrá la eternidad

la alegría del sentido de la vida

las costumbres alimentando los estridentes abrazos



el poeta es un cuerpo que se ilumina/

una imagen nueva que surge y regresa esencial



y todo perdura

hasta las estrellas serenas.



Pablo Montanaro - Argentina - 1964 - Ha publicado los libros de poemas El fin vendrá a su tiempo (1988), El relámpago de su mirada (1992), Ella (1994), Tiempos jamás dibujados (1995) y la plaqueta Oleajes (1999). Es autor de Palabra de Gelman. En entrevistas y notas periodísticas (1998). En la actualidad dirige la revista de poesía La Guillotina.







Consideraciones para la construcción de un puente




Las piedras de los puentes

han de ser ligeras:

conceptos, palabras, materia referida;

la estructura general irresoluble y vaga:

si nadie ve dos veces el mismo río,

nadie verá dos veces el mismo puente.

Aboliremos de los arcos

toda nostalgia, toda afección humana.

La elección del trayecto

será arbitraria y personal,

también el tiempo destinado:

los puentes no satisfacen

jamás un orden,

no se proponen nada,

un camino que va

es un camino que regresa.



Jose Martín Carmona - España - -












Las paredes

o los féretros



que junta entonces

se advierte?



La adversidad:

amaría y odiaría hasta que mi muerte



la mía muerte?

entonces, se advierte la juntura?



Allá o acá pareciera

pero no lo es



impresiones

me impresiona

volver



N om e dej en-en paz.



siento



un minuto: respiro



irremiadiable

alguna vez

podré

caber

por una callecita

semejante



Maria Laura Hernández - Argentina - 1981 - Texto inédito







Cosas dentro de otra cosa




i



Soy una cosa

voy a dejar sin mí

las otras cosas

voy a dejar de repetir

las cosas

debajo de la luna

cuando amaine.



No contaré

los gramos de lo hermoso

ni moleré

ni iluminaré

ni contendré lo duro

de las cosas.



Mi sed

mi hambre

mi frío

son pequeñas

cosas dentro de otra cosa

y morirán.





ii



Como anoche

como antes de anoche

como todo el verano vino la noche

y puso

algo dentro mío

a echarse.





iii



Ahora

la luz de la luna hace visibles

ciertas ramas del pino.



Pronto se van a borrar

como la sombra

de un cuerpo en otro cuerpo

demasiado cercano.





iv



La última luz

ya dejó el agua.



El agua

toma mi cuerpo

como un himen

constante

y tiene sesgos que

me tocan

a veces.





v



Escucho un sapo.

No puedo hablar por otro:

yo

lo escucho.

Y puedo unirme

a algo.





vi



Al menos las cosas sujetas de un extremo

parecen vivas hoy.

No sé por qué

lo veo

y creo en mi silencio

como un germen.





vii



Una noche

termina.

Nada de esperar

la sombra de un minuto.

Una noche

y otra.

Algo ya muerto.

Conocido.





viii



Ahora contra el cielo oscuro las ramas son más duras

y el aire que mueve los sonidos es veloz.

Miro siempre la misma

columna de estrellas en el sur.

Pienso

que si algo hubiera cambiado lo sabría.





ix



El tiempo tiene sus dulces casas

y tiene sus pausas

al sereno.

Ceso.

Palpo aquello que se ha quedado haciéndose.





x



El aire fino

hace algo con la luz.

La traiciona.

Señala, casi

un lugar.

Sostiene

nuestro cuerpo difuso.

Su paso.





xi



Busco el sol

como una moribunda

y el viento es otro cuerpo

que cesa.

Pasa

la sombra de algo que fue alegre.

El silencio hace lugar

despacio.





xii



La luz cerca al insecto.

Hace de él

una gran sombra.

La luz

entorpecida

abarca todo.





xiii



Un pájaro

de las mañanas frescas

canta.

Jura

sobre el otoño

que vivo.





xiv



El día

baja.

Pasan las cosas

fugazmente doradas

y los sonidos

sordos

detenidos.





xv



Entera.

Como el agua

que es una sola

herida.

Que implota

muda.

Que es mirada

y nadie diría que transcurre.

Así, sin grandes golpes.

Es el día.

La única jornada.

Entre sus polos

agua.

La misma.

La

finita.



Carina Sedevich - Argentina - 1972 - Inédito.







DIE FAHRENDEN II (AMBULANTES)




La lluvia no es lugar. Nada sabe a nosotras

fuera del recipiente de la carne.

)Alzar? )Alzarse? Nunca.

El fulgor de una pluma nos volvería de agua.



Aún nos quedan las manos.

La carne cabe en ellas.







LA LEVEDAD I





Ligera,

y más ligera aún para la muerte,

la levedad

es un arco imposible.

Espesor de un silencio

que no desciende al nombre del silencio.

Espesor de lo alzado

la levedad:

un peso que no sangra.





FRIEDHOF: ¡RBOLES DE LA VIDA



No eran hermosos.

Su sucia luz, sus lenguas

eran lascas de historia.

Hablaban de las cosas,

de su inocente y mansa opacidad.



Oh árboles de la vida,

no eran hermosos. No

sabían mirar la transparencia.



Juan Manuel Rodríguez Tobal - España - 1962 - Es autor de las traducciones Poemas y fragmentos de Safo (Ed. Hiperión, Madrid, 1990), Poesía completa de Catulo (Ed. Hiperión, Madrid, 1991), Arte de amar de Ovidio (Ed. Hiperión, Madrid, 1999) y Poemas y fragmentos de Anacreonte (Pavesas, Hojas de poesía, Segovia 2001). Como poeta ha publicado el libro Dentro del aire (Algaida Editores, Sevilla, 1999) y el cuaderno poético Grillos (Ed. Lucerna, Zamora, 2000).







NIGHTSWIMMING






Formas del olvido mueven

los pies de los nadadores nocturnos.

Su lenguaje es el de las viejas constelaciones,

los cuatro versos de la rosa de los vientos.

Rasgan la superficie de los ríos

mientras el tiempo actúa a su favor

y sutiles sonidos alejan el silencio.

El primer requisito es hacerse innecesario,

pesar poco.





LA CAÕDA



Me levanto llevándome

las manos a la cabeza.

No me acuerdo de nada

pero no noto que me falten cosas.

Soy un tipo valiente

así de golpe. Soy feliz

y ni siquiera me sorprende.





EL PEZ



Si prestas atención

pasan mantarrayas por encima de ti,

camino del abismo.

Son figuras que no verás más,

te hacen digno un momento de esta noche

y luego desaparecen.



Jose Daniel Espejo - España - 1976 - Su poemario Los placeres de la meteorología aparecerá próximamente bajo el sello Nausícaa, en España. Estos textos pertenecen al libro inédito Quemando a los idiotas en las plazas.







Semáforos (fragmentos)




El corazón está, por ahora, en manos de abogados.



*



La lengua semiescolarizada ha perdido la flauta mágica.



*



Fenómenos extranos ocurren en la Junta Directiva.



*



Todo técnico es oscuro.



*



Todo payaso es mecánico.



*



Las comunicaciones transforman a los vampiros en nanas.



*



Debe haber un fármaco con el que se pueda iniciar una recomposición política.



*



Los antiguos vieron en los juegos de números la danza de la muerte.



*



La sorprendente velocidad de mendigos sin control convierte la vivienda en un lugar de espaldas al espejo.



*



Los vikingos fracasaron desde que aprendieron a saludar.



*



Técnicamente hablando, dios puede ser un multivibrador monoestable.



*



Somos bestias románticas.



*



Más allá de la ropa somos el reflejo del milagro.



*



La música en los templos lima las aristas de cualquier extraña figura.



*



La calle es como una niña loca durmiendo.



*



Para los recién nacidos todas las piedras son preciosas.



*



Los transeúntes de tu destino están hechos de fuego.



*



Las montañas serán seres legendarios.



*



øEn qué consiste un difunto?



*



La telepatía de las vírgenes, el magma de los números.



*



Yo quiero también la sutil alegría de ruedas microscópicas movidas por un líquido.



*



El más elevado nivel de transparencia lo alcanzan los pájaros y los peces.



*



øHarían ustedes un post-grado en colibrí?



*



El porvenir es un misterio guardado entre alfabetos antiguos.



Luis Eduardo Rendón - Colombia - 1972 - Publicó los poemarios Arpa a merced de las manos invisibles (1997), Tras la loba espectral (1998) y La Plaza Mercurio (Ed. Fénix, 2000), al cual pertenecen estos textos. Luis Eduardo es coorganizador del Festival Internacional de Poesía de Medellín y miembro del consejo editorial de la revista Prometeo.







Ojos de testigo




El viento histérico rompe mis hombros

”pera que desmorona la contemplación

del desierto

y hace tambalear al saguaro

rey de catus



Las horas larguísimas

caminan como pesadillas



Después

lentamente llega la calma furiosa

y el cielo del paisaje ocre

se limpia para dejar pasar

la más pura y metálica luz del planeta.



--



La noche blanca



En un inmenso hospital

un cuerpo vestido de espinas



Soy virtualmente la virgen del desierto

estampa desmayada sobre el miedo



Nada más yo

con las manos llenas de clavos calientes

caminando descalza entre las dunas



Un inmenso hospital es un desierto blanco



De mi boca sale el mensaje divino

pero aquí nadie me oye.



--



Enemigos



Tienes razón: el noamor es el que permanece

los nómadas comen dátiles frescos

los escorpiones succionan su propio veneno



Y tú y yo nos aferramos al odio

para mantenernos juntos

en este lado seco de la tierra.



Aleyda Quevedo - Ecuador - 1972 - Publicó Cambio en los climas del corazón (1989), La actitud del fuego (1994), Algunas rosas verdes (1996). Ganó el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade en 1996. Estos textos pertenecen a su último poemario Espacio vacío (Ed. Línea imaginaria, 2001).













DOS OJOS




El ron viejo.

La medalla en el cajón.

Una bicicleta de doble barra.



La ebriedad junto a un muro.

El estúpido espectáculo de la guerra.

Una vuelta viciosa por el parque.



--



CORT¡ZAR HACE UNA SILUETA



Debajo del dibujo de un pájaro

hecho por un niño,

encuentro el momento

de incertidumbre que esperaba:

olvidarme del dibujo

para que el niño haga otro,

tomarme las manos

para dejarlas volar tras el pájaro.



--



COSMOPOLITAN FULL COLOR



Una pestaña desde este lado de una ventana de un bus en movimiento,

mira la llanura.

El muchacho que la acompaña,

duerme minutos sobre una revista de modas

y busca en su inconsciencia

por qué ella mira la llanura como escapando de él.

El camino es una profusión de guayabos y cedros

sobre una violenta sequedad.

El ojo de agua que sobrevive

vocifera algunas palabras de aliento:

la muchacha sonríe

y él ya despierta para dedicarse a su mirada,

hermosa pestaña que ha vuelto a casa.



Julio Acuña - Costa Rica - 1973 - Poemas suyos aparecen en la antología Instrucciones para salir del cementerio marino (1992).







TRES POEMAS DE ANGUSTIA




DONDEQUIERA EN EL MUNDO





No hay mierda más grande que los arrabales

de las metrópolis, dondequiera en el mundo.

A mí me espanta la mierda de kilómetros cuadrados,

como la muerte encendida en los cementerios

del rico o las callecitas de vidrio del soltero.

Dondequiera, en el mundo.





--



HAIKU





Las aves,

haciendo un rayo

transparente.



--





MATANDO AVES





Con el rostro desafinado y transparente,

las aves, las aves del mundo, las aves

de los arrabales del mundo - y yo matando

a las aves explicándoselo a los perros.



Gianfranco Mammi - Venezuela - 1957 - Viven en Italia. Ha publicado dos libros de poemas en italiano Quaderno con tigre (1999) e Il doppiatore (2000). Es redactor de la revista cultural Plurabelle. Escribe principalemente en italiano.












Es invierno y mi mujer ha descubierto la bondad del mar

en esta noche musitada

con su cuerpo explorado por las aves

desde lo alto

y unas hojas descosiéndose del campo



Es el campo

y en la breve música del tiempo

Selene ha descubierto las bondades del silencio

y ha querido remojar su piel en el impenetrable fondo

de la tierra

Mas no ha podido Selene viajar a las desconocidas

fauces del valle



Se ha detenido con las aves a cantar

y ha conocido del encanto

De las nubes

y construido ella misma con sus manos

Unas alas inmensas

de seda vaporosa

como son de vaporosas sus dos manos



Y ha querido volar por las tinieblas

y se ha caído

y empezado a volar

una y otra vez

sin conseguirlo

y las aves mayores han corregido su vuelo al pie de las montañas



Ahora Selene

es una nube más



Gabriel Espinoza Suárez - Perú - 1971 - Publico Ello (Edición de autor, 1999). Poema inédito.







LA ESPERANZA QUE NOS DIO EL VENENO




La esperanza que nos dio



aquel honesto veneno de mi hermana,



fue, una fugaz esperanza justo



en el preciso momento del brindis.



Luego, nuestra fe, nuestra más



potenciada Fe, contenida



en el vientre de aquella copa



se transformó en un creciente amargor,



que comenzó sobre el lugar



donde finalizan los paladares



y comienza el gran abismo,



como era de esperase aquel lechoso líquido



terminó quitándonos la vida.



La legión entera pereció en el acto,



como si se tratara de un memorable



o antológico suicidio masivo de insectos,



tan jóvenes como crédulos.



En realidad, todos habíamos



nacido de la misma argamasa.



Gente pequeña y lozana,



gente común y corriente,



con los pies en la tierra y el hambre



tatuado delicadamente en los huesos.



Buscábamos.



Solo buscábamos



una extraviada esperanza



en el fondo del turbio del matraz.



Y de esa fugacidad del verbo,



solo obtuvimos una pequeña propina



y fue una breve demora en la antesala.



Fueron poco minutos, que fueron años,



Siglos o tal vez, la eternidad del cobalto.



La esperanza que nos dio el veneno,



fue una esperanza burocrática,



contenida en una larga estadía en espera



de una extraña resolución definitiva.



Allí, sentados sobre el frío mármol,



el tiempo definitivamente no transcurría;



hasta que de pronto, el gran tren se puso en marcha.



La sustancia esperanzadora por fin,



llamó por sus nombres, uno a uno a cada paladar



que conformaban nuestra legión...



Luego, se balanceo como un péndulo,



como la gota de un rocío terminal y cayó



perdiéndose en el abismo y por debajo



de la nube de nuestras oraciones.



Eso fue todo... nada ocurrió de ahí en más.



Seguidamente, entró la muerte



como de costumbre, tediosamente



de la mano de una pequeña niña



que con gran alegría recibió nuestra almas.



Omar Tagore - Uruguay - 1970 - Poeta y músico. Ha publicado poemas en "Antología de poetas argentinos, 1996" Red Literaria Sur y en Grupo Editorial del Sur (Argentina).







Almendras




comí almendras saladas

todo alrededor de mi boca una reminiscencia



y era el espacio un escarnio sin vocales

porque su nombre empieza como los abecedarios

o tiene un mediodía surcándolo



pero él no lo sabe



y se desviste suavemente

para no herirme la pupila.



María Cristina Cambareri - Argentina - 1977 - Sus poemas han sido publicadas en diversos diarios locales, así como en antologías poéticas.







Agua rota (fragmentos)




I



evito las palabras. A cada palabra evito las palabras.



Con cada paso. Cuando escribo no quiero usarlas, no quiero tocarlas cuando hablo.



Escribo para dejar de escribir:





II



el que dejó su pala cerca del sueño, busca en las manos la tierra de su sombra.



El que a la escritura confía la vida, el mismo quien levanta su cuerpo del lenguaje bajo el polvo de la realidad, yace en esta pregunta:



øQuién me plantó aquí?



øQuién, Señor del Jardín Quemado, oscureció su dedo en el cielo y vació el agua de mis ojos?



øQuién me plantó aquí?



øQuién vive? Que no sea la escritura:





III



temes que tu vos sea un río muerto.



Porque en tu garganta ya nada crece, nada nace.

Ni siquiera algo nuevo muere.



Acaso tu lengua es un río de reses muertas.



Un río muerto que te asiste en tu propio entierro:





IV



traes un poco de pan y algo de vino para alimentar la vigilia en la noche de tu alma.



Al fondo de tus ojos miras las manos que ofrendaron sus huesos para construir la casa y llenarla de palabras.



Mientras, la escritura en la oscuridad crece con el parpadeo de las llamas, tu corazón calla; su temblor cesa de latir.



De pronto ya nadie existe.



Estamos solos y sólo en ella piensas. Te entregas al vino de la risa y al pan del silencio, y a tus recuerdos: estos pensamientos que inflaman tu lengua y arden como las palabras que te consumen.



Y quieres morir, y para eso escribes:



Felipe García Quintero - Colombia - 1973 - Publicó Monólogos del huésped (1996), Vida de nadie (1999) y Piedra vacía (Ed. Línea imaginaria, Ecuador, 2001). Con este libro ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Neruda 2000. Estos poemas pertenecen a Piedra vacía.







Después de la pelea




Miro el mar por la ventana.

La sal envuelta en el aire se recuesta sobre mi piel y la reseca. El ruido de las olas meciéndose, se filtra en mi memoria y de tanto en tanto las aguas me acarician, como plumas cuando se funden con la arena translucida de la playa.

Reparo en las gaviotas que borbotean chillidos y planean sobre tu cuerpo.

Me entretengo en sus hazañas. Fugitivas se enredan en tus cara y te picotean hasta arrancarte las entrañas por los hoyos de tus ojos.



Y entonces suena el portero. Y atiendo, te abro. Y las ventanas de mis ojos devuelven otra vez la Avenida Rivadavia.

A propósito ya no te odio.



Ana Lema - Argentina - - Poema inédito.












Más allá de su piel

la piedra guarda un secreto

idéntico a sí mismo

y oculta al Poderoso

allí

donde nuestras torpes manos

hubiesen puesto un corazón.





**



Roberto Genta Dorado - Uruguay - 1957 - Ha editado en poesía: De puño y letra (1986), Geometrías y Elegías (1987), Piedra Abierta (1994), Caída Libre (1996) y Paraíso Breve (1999) Segundo Premio de Poesía Inédita del Ministerio de Educación y Cultura de su país. De próxima aparición su libro Sangre Sucia. Al cual pertenece este poema..







día 9








nada te detuvo entonces

ni la memoria ni el olvido



tampoco la angustia

que para ese tiempo

te crecía como mala hierba



solo lo hiciste,

a secas

y así todo se redujo a olvidar



y se terminaron los finales

y los principios

los fuegos y las cenizas



y hasta las camisas dejaron de ser de fuerza



y todo fue aquí

justo arriba de tu sombra





**





día 12



qué necesitan ahora

tus dioses,

qué sienten

ante esa humedad que ya no les pertenece,

ante tanta piel derramada en vano



Diego Lara - Ecuador - 1972 - De su libro Eva Medusa (Eskeletra, 2000).







Mi padre enfermo de sueños






en el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminados

bajo el sol en vertical

perdió sus pies

y apoyado en sus rodillas sigue buscando

el camino de vuelta a casa.

Mi padre sueña,

rendido por el cansancio,

que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenes

y la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugas

y resucita sus cabellos muertos.

Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseria

y blasfema y maldice y no tiene amigos.



Escondido en la noche

papá llora por las certezas que lo defraudaron.

Del otro lado de su piel

mamá llora por mamá

mamá llora por su casa que ya no habita

y por paz y reposo y risa.



Papá y mamá lloran

cada uno a espaldas del otro en la cama

en el más crudo estruendoso hermoso silencio

que modula en frecuencias infrahumanas

sonidos que se articulan como palabras:

"si aquí no estan mis sueños

cómo puedo dormir aquí".

Y que sólo yo escucho

con la cabeza enterrada en la almohada.



Concebida de la nostalgia

nací con lágrimas en el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza.

No soy lo que soñaron

como tampoco lo son sus vidas.



Miriam Reyes - España - - De su libro Espejo negro (DVD ediciones, Barcelona, 2001).












Las rodillas de mi madre se me aparecen en sueños. Con súbito pavor salgo

corriendo de mi casa en llamas. Veo las rodillas de mi madre bajo la noche

porque la noche es como una manta de rostros indios. Mi abuelo conocía un

dialecto mapudungun. Mi madre todavía habla con los muertos. La noche está

repleta. Vivo en La Colina de la Sorpresa. Sus rodillas están secas y

pálidas. No me olvido del dolor de nunca haberme pateado el espasmo øporqué

tenían que aparecerme en sueños? Una mujer le dice a otra en nombre del

señor su esposo va a volver. Una loca le dice a los niños ustedes son

bonitos ustedes son más locos que yo. Oigo. Escucho lo que hablan estas

mujeres mientras pienso en las rodillas de mi madre que se me aparecieron en

sueño. Estoy estremecido. Un peregrino le dijo a alguien que si los perros

ladran es que se cabalga øqué quieres de mí? øque también diga algo? øacaso

recordar la vez que incendiamos nuestra casita?



Héctor Hernández - Chile - 1979 - Del libro inédito Correspondencia privada con mi madre cuando éramos pirómanos.







Soledad brother








1



aún nuestros sueños son difíciles



querido brother



desde hace años quise ver belleza



y la ví



no hay nada más hermoso -por ejemplo-



que un motín de reos al atardecer



el rostro del asesino de un presidente



o una mujer menstruando en un hotel barato.



soledad



de la soledad sólo extraño



el cesto de ropa sucia



y mis dientes sin lavar



talvez un poco los vicios.



así es brother



es mal síntoma estar solo



te sientas durante horas viendo la escoba



te fotografías con ella



le pones un collar de perro



y le suplicas que no se vaya



haces cosas idiotas



como escribir o leer poesía erótica



perseguir personas ocupadas



o terminar el día con seis latas de cerveza



jalando coca en un cine



perdido viendo una película tonta.



religión



sobre la religión



una cosa tienes segura



si hablas de dios



tienes que hablar con un alcohólico irredento



pregúntale a qué sabe la ropa limpia después de veinte días



a dónde corre cuando llueve de madrugada



puede que toda tu seriedad sea un chiste



no vengas con poemas y lecciones de contracultura



si no has robado ni siquiera un libro.



una vez estuve en la cárcel



organicé un coro de reos



que cantaba a brahms en el patio



allí comprendí que los libros se escriben



cuando no estamos escribiendo.



todos somos monstruos brother



y lo único que nos mantiene vivos



es el deseo de hacernos daño



øcrees que puedes darle poder a un hombre



sin que éste se vuelva un mierda?



somos trescientos mil millones de pijoteros



arribistas y perdedores



la historia no es de nadie



para qué volver a la historia.



la verdad no es de nadie



para qué decir la verdad.



Javier Payeras - Guatemala - 1975 - Del libro inédito Soledad brother.







LOS MUERTOS








Pisadas en el barro.

Pronto el viento y la lluvia

llenarán el vacío

y será necesaria

una voz que recuerde:

hubo aquí una andadura,

un camino orientado,

tal vez una intención

de llegar más allá.





**





ALGO QUE NO ACABA DE SONARNOS BIEN



Ese ruido de fondo

es el rumor del tiempo:

sordo como las máquinas de un barco

en el que no acabáramos

de sentirnos a gusto.



Miguel Ibáñez de la Cuesta - España - 1960 - Textos inéditos. En 1993 ganó el Premio de Poesía José Hierro con su libro Doce
canciones para pasar el tiempo
(Ayuntamiento de Santander, 1993). Publicó también Sobre el paso del tiempo y otras faenas (Ayuntamiento de
Alcantarilla, Murcia, 2000).







Jardín de gentes




La felicidad

son esas cuatro palabras

que Julián

tira al mundo

para que empiecen a volar











Mi vieja va a cumplir setenta

entre tejo

nietos

y las tortas fritas

que tanto le gustan a Nelson



mi viejo descansa

hace una eternidad

bajo la tierra



tenia razón

Heráclito

nunca nos mojamos

dos veces en el mismo río



sobre todo

a esta altura de la vida

en que las cosas

suceden

a la velocidad de un hijo



Daniel O. Martínez - Argentina - 1963 - De su libro inédito Katrú.












II







Has despertado con el rozar de un ratón por encima de tu cabeza y te estremeces hasta el ultimo vello de tu cuerpo: "mas un roedor que se desliza agazapado entre tus cabellos, es solo un roedor buscando a otro roedor"



Leo Zelada - Perú - 1970 - Publicó, entre otros, los poemarios Delirium tremens(1993) y Diario de un cyberpunk(2001). A este libro pertenece el presente texto.







EL EMBARCO A LA ISLA DE CITEREA




EL RAPTO

Devoraba la carne del imponente toro, que impetuoso,

coronándola de rosas y colmándola de bienes

convirtiola en una ínsula que en todo asemejaba

al más hermoso reino de este mundo.







LA PARTIDA

El dos es una casa donde las estrellas titilan encima

de todas las cabezas, el aire blanco, refractario, perfora

los convenidos puntos cardinales. Dices siete palabras

mágicas y un incendio podría despojarlo todo de sentido.









NAVEGACI”N

El tres conoce la amargura de morir en el fuego

cárdeno de cada atardecer.









ANTE EL ESPEJO

Cuatro escalones o cuatro veces el número cuatro

para atravesar nada más que una puerta,

y del otro lado tomar los atributos de la fuerza.









PRIMAVERA

El cuerpo y el espíritu, ambos juntos, suman cinco,

la llave, la cifra clave para empezar la vida,

los cinco elementos bajo apariencia sagrada de libélula.









OFRENDA A VENUS

Todo cuando florece, todo lo que germina

es un reflejo del oscuro mirto que nace entre las olas.









LAS MUSAS

Las langostas y las hormigas destrozan un poema

catalán que terminé para mi cumpleaños, y sueltas

sobre el papel quedan vocales y consonantes

en el mayor desorden.



Rodolfo Hasler - Cuba/España - 1958 - Publicó, entre otros, los poemarios Poemas de arena (Ed. E.R., Barcelona, 1982), Tratado de licantropía (Ed. Endymión, Madrid, 1988) y Poemas de la rue de Zurich (Miguel Gómez Ediciones, Málaga, 2000).







Vaca negra sobre fondo rosa




hasta los cinco años de edad jamás había visto un tren de carga;

y hasta los ocho jamás un meteorólogo.

La muchacha con sombra chinita

fue un día mi muchacha con sombra chinita, y a éste

que juega en la arena de la playa llamamos nuestro hijo, pues

es lo que es, como la bola azul es sus manos es la bola azul

en sus manos y el verano es otra bola azul en sus manos.

Las cosas son lo que son y sé que antes de necesitar

afeitarme otra vez ya habrán vuelto al frío

de su nuevo país. Y tal vez en mis sueños

vuelvan a hacer falta las tres dimensiones

de ese mundo espeso como una

vaca negra sobre fondo rosa.



Carlito Azevedo - Brasil - 1961 - Publicó Collpasus Linguae (Lynx, 1991), As bañistas (Imago, 1993) y Sob a noite fisica (Sette Letras, 1996). Dirige la revista de poesía Inimigo Rumor. Este poema aparece en el libro de reciente publicación Versos de circunstancia. Traducción de Aníbal Cristobo para LAA.







EXIGENCIAS




Diablos, si se lo preguntan a tu madre qué va a decir

en tu defensa, qué, ese hombre de pie en el umbral

tu padre, qué argumento, las razones al menos, no

el amor razón oscura, un por qué o para qué,

qué van a decir, diablos, si apenas soñaron

o harán una metáfora, el héroe, tú, no sabrás

qué arg¸ir, cómo explicar, nada más

pruebas, pruebas, una tarea fundamental

eterno forastero, si estás aquí

qué pruebas tienes de ti mismo.



John F. Torres Sanmiguel - Colombia - 1964 - De su libro Palabras de más (Ed. Magisterio, 1998). Publicó, entre otros, La camisa en llamas (edición de autor, 1987) y En el centro de la hoguera (Ed. Punto de partida, 1990). Próximamente publicará Alguien creerá que esto era la poesía. Ha ganado varios concursos de cuento y poesía en Colombia y en el exterior.










En dirección a Hsien Yu




Atravesando el otoño

camino solitario

hacia el templo de Hsien Yu.

La brisa no roza las hojas,

monos y pájaros duermen

próximos, sobre las ramas.

Mis pies se apoyan firmes

sobre el sendero

mas no perturban el silencio

de esta tarde.

Como una sombra cruzo

los últimos campos de arroz.



Diego Muzzio - Argentina - 1969 - Poema de su libro Sheol Sheol (Premio Fondo Nacional de las Artes 1996, editado en 1997 por el Grupo Editor Latinoamericano). Publicó El hueso del ojo (1990) y ganó la cuarta edición del Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz con su libro Gabatha.







Una alegre cuadrilla




Una alegre cuadrilla escandaliza Suiza.

Shelley, su mujer, la hermana de ésta,

que es amante de Byron, Bardo de Inglaterra.

En una hostería junto al lago Leman

Shelley estampa su condición de ateo

en el libro de registro

y despierta el furor de los piadosos posaderos

que echan al grupo a la intemperie del otoño.

Durante la noche, frente al lago y los pinos

al calor de una fogata

los dos poetas amigos intercambian

sus convicciones asociales.

Los hombres no están hechos

para vivir en multitudes.

Es preciso buscar la soledad,

la selección afectiva de los pequeños grupos.

Defender el ser propio a toda costa.

Los vecinos de Ginebra sospechan

del promiscuo cuarteto:

aquellos extravagantes vates se acuestan

de consuno con sus hembras.

Es la conclusión que ofrecen a la gente.



Eliécer Cárdenas - Ecuador - 1950 - Narrador, ha publicado las siguientes novelas: Polvo y ceniza (Premio Nacional Casa de la Cultura Ecuatoriana 1978), Que te perdone el viento y Una silla para Dios (Premio Diario El Universo, 1997). Este texto, perteneciente a la serie inédita Poemas narrativos, aparece en la revista Línea Imaginaria (Ecuador, número 3, marzo 2001, lineacero@mixmail.com).







La última tarde




Giro del mismo lado

la puerta.

Avanzo con el mismo miedo.

Extiendo la mano hacia

vos

pero no te detengo.

Te veo partir

y el olor de la lluvia me distrae.



Alejandra Castro - Costa Rica - 1974 - Poema del libro inédito No sangres. Publicó Desafío a la quietud (Ed. El Quijote, 1992), Loquita (Ed. Universidad de Costa Rica, 1998) y Tatuaje giratorio (Ed. Costa Rica, 1999). Su obra ha merecido varios premios en su país y en el exterior.







6 Comments:

Guillermo Barquero said...

Excelente aporte, Juan. Habrá que buscar la explotación con un proyecto como el de Chaves, con esa fuerza, pero en la narrativa. Hay que revisar este pedazo de historia con detenimiento.

Literófilo said...

Incisto es necesario alimentar la narrativa, sin duda.

Anónimo said...

Estimado Juan, acabo de establecer un vínculo (además de transcribir información) desde mi blog Viga bajo el agua http://vigabajoelagua.blogspot.com hasta Los amigos de los ajeno en tu blog. Un saludo cordial.

diegoLARAsaltos said...

que gran noticia saber que la amigos de lo ajeno sobrevive...

d.

roberto echeverría said...

qué bueno, no lo había visto.

IsabellaVeneno Ediciones said...

puta, qué lindo!
hace muchos años, como 10 mínimo, tenía (no sé cómo) 3 ejemplares de los amigos de lo ajeno en mis manos (1, 2 y 4), ahora buscando algo de ellos me topo con esto.
un gusto, además estaré mirando el blog y lo sumo al mio, saludos :D